“—No eres mi tipo.—Bueno, tú no eres el tipo de nadie —respondió Hazael—. No, espera. Loretiro. Mi espada dice que le gustaría conocerte mejor.”
“- Hoy es mi cumpleaños -le contestó Katrin.- ¿En serio? -preguntó él.- Treinta -respondió ella con rotundidad.- ¡No me digas! Entonces tenemos que celebrarlo -dijo él- ¿Qué te gustaría de regalo?- Tú -contestó ella.- Bueno, mejor algo que no tengas, ¿no? -insistió él.”
“—No te estoy dejando por él. No te estoy dejando por nadie, y jamás me habré ido buscando algo mejor. Tú eres mi algo mejor, y desearía, que yo fuese el tuyo también.”
“—Pero ¿quién soy? —había preguntado.—Tú eres tú. La misma de siempre. Eres Nell, mi Nellie.”
“-Eres muy bueno. Creo que prefiero que me llames Denna. Cuando tú lo dices suena diferente. Dulce.”
“¿No entiendes la comparación? Tú eres mi agua Perrier. —Se dejó caer un poco más sobre ella—. Hacer el amor contigo es lo único que sacia mi sed. ¿Por qué iba a cambiarlo por toda el agua del mar? —Gabriel le presionó las caderas con las suyas—. Ella no puede ofrecerme nada que me interese. —Bajó la cara hasta que sus narices se rozaron—. Y tú eres preciosa. Cada parte de tu cuerpo es una obra de arte, desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Eres la Venus y la Beatriz de Botticelli. ¿Tienes idea de lo mucho que te adoro? Te adueñaste de mi corazón la primera vez que te vi, a los diecisiete años.”