“¿Ves lo que pasa cuando titubeas? Que otros toman las decisiones por ti.”
“—Quiero que sepas… —Akiva tragó saliva—. Necesito que sepas que me sentí atraído por ti (por ti, Karou) antes de descubrir el hueso. Antes de darme cuenta, y creo… creo que siempre te encontraría, sin importar lo escondida que estuvieras —la miró con extraordinaria intensidad—. Tu alma y la mía cantan la misma canción. Mi alma es tuya, y siempre lo será, en cualquier mundo. No importa lo que suceda… —su voz se quebró y tuvo que respirar hondo—. Necesito que recuerdes que te quiero.”
“Anhelar el amor la hacía sentir como un gato que siempre se enrosca en los tobillos maullando acaríciame, acaríciame, mírame,quiéreme.Preferiría ser el gato que observa todo con descaro desde lo alto de una pared, con expresión inescrutable. El gato que evita las caricias, que no las necesita. ¿Por qué no ser ese gato?”
“- Las mariposas en el estómago-suspiró Karou-Claro. ¿Sabes lo que pienso? Que las mariposas están siempre ahí, en el estómago de todos, en todo momento...- ¿Cómo bacterias?- No, no como bacterias, como mariposas. Y las de cada uno reaccionan con determinadas personas, a nivel químico, como feromonas, así cuando esas personas se acercan, tus mariposas empiezan a bailar. No pueden evitarlo, es una reacción química.”
“¿Hola? ¿Quién está ahí? Que se vuelva a poner Zuzana.¿Zuzana? Hay una tía ñoña al teléfono haciéndose pasar por ti…”
“En algún momento, Akiva tal vez hubiera sentido vergüenza por enamorarse de Madrigal. Ahora aquella vergüenza era lo único que lo avergonzaba. Amarla había sido el único acto puro de su vida.”
“Qué infantil resultaba, considerando dónde se encontrabaahora, haber creído que existía un propósito divino en su amor.Y aun así, qué hermoso había sido. Lo que había compartidocon Akiva no podía arrebatárselo la vergüenza.”