“Cuando los primeros lobos aullaban, abrió los ojos, la miró y sonrió, y ella no pudo menos que sonreír también.”
“Esas que bajan los ojos y fingen modestia cuando todo en ellas rezuma placidez y satisfacción de la buena”
“Me incliné sobre ella y recorrí la piel de su vientre con la yema del dedo. Bea dejó caer los párpados, los ojos y me sonrió, segura y fuerte.-Hazme lo que quieras... -susurró.Tenía diecisiete años y la vida en los labios.”
“-—No puedo... -susurró.Y miró a Christian, y vio que él seguía observándola, y por primera vez vio con claridad que sus ojos azules, habitualmente fríos como cristales de hielo, estaban llenos de ternura.—No... -dijo.Pero, cuando Christian se inclinó para besarla, Victoria le echó los brazos al cuello y se acercó más a él, y cerró los ojos, y se dejó llevar; y, cuando los labios de él rozaron los suyos, fue como una especie de descarga que la hizo estremecerse de arriba abajo. Se abandonó a aquel beso, sintiendo que se derretía y, cuando finalizó, los dos se abrazaron, temblando, bajo la luna llena.”
“—No, en realidad no. Soy una buena chica. Decidí hacer este viaje porque quería enamorarme.Le pillé por sorpresa. Abrió mucho los ojos y la boca. Luego sonrió, y cerró los ojos.—Adolescentes, siempre soñando con imposibles.—¡Eh! —Alcé la voz, sonrojándose otra vez—. Enamorarse no es ningún imposible.—Claro que lo es. Amar no es acostarse con el primero que pase.Volví a enrojecer. Rei era tan brusco al decir las cosas. Creo que eso fue lo que me volvió loca de él.”
“Todo pasaba por el filtro de las palabras, convenientemente adecuado a nuestro miedo. ¿Qué hace un niño cuando tiene miedo? Cierra los ojos. ¿Qué hace un niño al que van a violar y luego matar? Cierra los ojos. Y también grita, pero primero cierra los ojos. Las palabras servían para ese fin. Y es curioso, pues todos los arquetipos de la locura y la crueldad humana no han sido inventados por los hombres de esta época sino por nuestros antepasados. Los griegos inventaron, por decirlo de alguna manera, el mal, vieron el mal que todos llevamos dentro, pero los testimonios o las pruebas de ese mal ya no nos conmueven, nos parecen futiles, ininteligibles[...]Durante la Comuna de 1871 murieron asesinadas miles de personas y nadie derramó una lágrima por ellas. Por esa misma fecha un afilador de cuchillos mató a una mujer y a su anciana madre (no a la madre de la mujer, sino a su propia madre, querido amigo) y luego fue abatido por la policía. La noticia no sólo recorrió los periódicos de Francia sino que también fue reseñada en otros periódicos de Europa”