“Entonces no vuelvas a cruzarte en mi camino, criatura, porque no tendré más remedio que matarte la próxima vez”
“― Ya sabes lo que dicen. La ausencia permite que el corazón se vuelva más cariñoso.― Si mi corazón se vuelve más cariñoso, va a saltar de mi pecho y a meterse en el tuyo.”
“Cada vez que pienso en este camino de dolor y de alegría dentro de mí, sé bien, y con que arrebato, que la partida que juego es la más seria, la más exaltadora de todas.”
“Dejaré mi ventana abierta esperando que mi oscuro visitante entre por el espacio de mi alma que le pertenece. Entonces disfrutaré de los momentos más preciados de la vida humana en aquel rincón de mi alma que estaría vacío si él no estuviese. Y antes que se marche la luna de mi ventana le rogaré una vez más para que me lleve consigo hasta el fin de mi existencia y el comienzo de la infinitud de nuestro amor”
“Soy como un remolino en medio de un mar agitado, una vez que estás en mi camino no tengo elección, te agarraré de la pierna y te hundiré.”
“¿Por qué no he de confesar mi angustia en este momento en que mi ser tiembla y fluctúa entre la vida y la muerte, en que el pasado se proyecta como un relámpago en el sombrío abismo del porvenir, en que todo lo que me rodea se desploma y en que el mundo parece acabarse conmigo? ¿No reconoces la voz de la criatura extenuada, desfallecida, que se hunde sin remedio, y a pesar de su inútil lucha, gritando con amargura...”