“Ese día aprendi dos cosas: que el azar es caprichoso y que siempre hay que llevar el casco bien amarrado.”
“Sólo hay en el mundo una cosa peor que el que hablen de uno, y es que no hablen.”
“Somos defectuosos, imperfectos y, aun así, orgullosos. Pensamos que las cosas van a ser para siempre. Que somos invencibles y que, por ello, lo que nos rodea también lo es. Y sin embargo, un buen día nos despertamos y descubrimos nuestro engaño, que el ayer duele y que el mañana ya no existe.”
“—Hasta ahora, señorita, el mal siempre ha prevalecido sobre el bien.—Otro sofisma. ¿De dónde saca semejante barbaridad?—Yo no saco nada, señorita: es la tranquila comprobación de la historia. Abra usted la historia de Oncken por cualquier página y no encontrará más que guerras, degüellos, conspiraciones, torturas, golpes de estado e inquisiciones. Además, si prevalece siempre el bien ¿por qué hay que predicarlo? Si por su naturaleza el hombre no estuviera inclinado a hacer el mal ¿por qué se lo proscribe, se lo estigmatiza, etc.? Fíjese: las religiones más altas predican el bien. Más todavía: dictan mandamientos, que exigen no fornicar, no matar, no robar. Hay que mandarlo. Y el poder del mal es tan grande y retorcido que se utiliza hasta para recomendar el bien: si no hacemos tal y tal cosa nos amenazan con el infierno.—Entonces —gritó la señorita González Iturrat— según usted hay que predicar el mal.—Yo no he dicho eso, señorita. Lo que pasa es que usted se ha excitado mucho y ya no me escucha. El mal no hay que predicarlo: viene solo.”
“Cada día tenemos 24 horas más; cada día puede pasar cualquier cosa. Hay que vivir en el momento, porque para morir solo hace fala un instante. Hay que vivir día a día. Y hay que tratar de caminar en la luz”
“No puedo creer que nuestro sistema industrial sea el mejor modo por el que podamos vestirnos. La condición de los obreros se parece cada día más a la de los ingleses y no hay que sorprenderse, ya que, por lo que he oído y observado, el objetivo principal no es que la humanidad esté bien y honestamente vestida, sino, indudablemente, que las corporaciones se enriquezcan.”