“-Estan tardando demasiado. -No te preocupes, volverá. Salamandra lo miro a los ojos, y entendio cuanta razon habia tenido Kai al afirmar que tenia el corazón dividido. Jonas no era misterioso fascinante como el elfo, pero era calido y agradable, y Salamandra se sentia segura a su lado. Cerro los ojos y apoyó la cabeza en el hombro del muchcho, con un suspiro. Jonas le acaricio el pelo. -Saldremos de aqui- le prometio.”

Laura Gallego García

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Quote by Laura Gallego García: “-Estan tardando demasiado. -No te preocupes, vol… - Image 1

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“Y con un suspiro, dana la señora de la torre, la dama del dragon, la ultima kim-Shannay, abandono el mundo de los vivos”


“-—No puedo... -susurró.Y miró a Christian, y vio que él seguía observándola, y por primera vez vio con claridad que sus ojos azules, habitualmente fríos como cristales de hielo, estaban llenos de ternura.—No... -dijo.Pero, cuando Christian se inclinó para besarla, Victoria le echó los brazos al cuello y se acercó más a él, y cerró los ojos, y se dejó llevar; y, cuando los labios de él rozaron los suyos, fue como una especie de descarga que la hizo estremecerse de arriba abajo. Se abandonó a aquel beso, sintiendo que se derretía y, cuando finalizó, los dos se abrazaron, temblando, bajo la luna llena.”


“- Estás enamorada - dijo Santiago.- No es verdad.- Claro que sí. Y sufres porque él piensa en otra persona. Créeme; sé de qué estoy hablando.- ¿De verdad? - replicó ella, irritada -. Lo dudo. No te tomas nada en serio. ¿Cómo vas a saber lo que es el amor?Se volvió para marcharse, pero Santiago la retuvo por el brazo y la miró a los ojos.- Sé de qué estoy hablando - repitió.Y Miriam lo comprendió.”


“Alzó el vuelo y se alejó hacia el sol naciente, y sus alas parecían arder a la luz del alba como si estuviesen envueltas en llamas.”


“A su lado, la mujer que lo había devuelto a la vida lloraba de felicidad, porque sabía que la pesadilla había terminado y ella ya no tendría que vivir como una hija de la noche nunca más. Y sonreía, y soñaba con la nueva vida que los aguardaba al final de la travesía, en una bella finca en Italia, junto al mar, con mucho sol. Mucho sol.”


“Cuando los primeros lobos aullaban, abrió los ojos, la miró y sonrió, y ella no pudo menos que sonreír también.”