“Me siento grande, poderoso y libre. Siento que es maravilloso poder volar, y siento que sería capaz de llegar hasta el arco iris y traértelo hasta tu ventana.”
“Me siento igual a él; pese a la distancia en rango y riqueza que nos separa, comprendo el lenguaje de su semblante y de sus gestos: hay algo en mi corazón y en mi cerebro, en mi sangre y en mis nervios, que me conecta mentalmente con él. [...] Lo único que eso significa es que tenemos ciertos gustos y sentimientos comunes. Debo, pues, repetirme hasta la saciedad que nunca estaremos juntos. Y reconocer que, mientras sea capaz de pensar y de respirar, no dejaré de amarle.”
“Y está tan cerca de mí, que siento su aliento cálido y dulce, y lo único que sé es que cuando aspira el aire, quiero que me absorba a mí también con él.”
“Y aunque se que hace tiempo no te digo lo que siento hoy lo intentaré... Es imposible imaginar mi vida ya sin ti, pues cada día es más hermoso desde que descubrí como sabe en tu boca el amor... Que con tomarte de la mano ya me siento feliz, pero un beso apasionado, no te quiero decir... Y un te amo de tus labios, vale más que el mundo entero para mí.”
“El pan está fuera de mí, pero lo toco con los dedos, lo siento, siento que eso es el mundo, pero si yo puedo tocarlo y sentirlo, entonces, no se puede decir realmente que sea otra cosa, o ¿tú crees que se puede decir?”
“Desde que te quiero -a su amigo decía-, no tengo miedo a nada, ni a los toros ni a los ladrones. Me siento valiente hasta al heroísmo, y ni la serpiente boa ni el león de la selva me harían pestañear.”