“- No voy a volver a la taberna. - No iba a dejar que lo hicieras. Me gustaría que vinieras conmigo, que viéramos mundo juntos...es decir..., si aceptas por compañero a un pobre juglar trotamundos. Sé que te han ofrecido cosas mejores. - No, Mattius. Nunca me han ofrecido a nadie mejor que tú”
“-No necesitas gastar cada momento del día protegiéndome ahora. Se supone que debo ser tu compañera, no tu carga, y si eso es todo lo que voy a ser para ti, entonces no quiero estar aquí nunca más. Quiero que me ames. Quiero ansiar venir aquí cada otoño. Quiero que el invierno sea mi estación favorita porque puedo pasarla contigo. Así que dime si eso va a suceder, Henry. Dime que las cosas van a mejorar, que no vas a pensar en Perséfone cada vez que me toques. Dime que vas a amarme tanto como la amas a ella, y que no voy a pasar el resto de mi eternidad estancada en la comparaciónde los recuerdos de mi hermana.-Silencio.-Por favor,-le susurré.-Te lo ruego. Si tú no lo haces...Si tú no lo haces, me voy a ir. Y no quiero decir solo por el verano. Voy a dejar el Inframundo, y no voy a volver.-”
“El mejor consejo que me han dado en la vida, es ser agradecida con todo lo que te da la vida, bueno o no tan bueno, la gratitud es la clave.”
“—¿Y qué ocurre cuando uno muere?—Tampoco yo lo sé.—Entonces, ¿por qué tener miedo? —dice Oswald—. Yo creo que no ocurre nada. Y si ocurre algo que es mejor que nada, pues mejor que mejor.—¿Y si lo que ocurre es peor que nada? —le digo.—No existe nada peor que nada. Pero si no es nada, no podré saberlo porque yo no seré nada.Oyéndolo hablar así, siento que Oswald es un genio.—Pero, y si no existes, ¿qué? —le pregunto—. El mundo entero seguirá viviendo sin ti. Como si nunca hubieras pasado por aquí. Y el día en que todas las personas que has conocido también hayan muerto, será como si nunca, nunca hubieras existido. ¿No te parece una pena que pase eso?—Si salvo a Max, no. Si lo salvo, existiré para siempre.”
“Uf, “tu verás”, “allá tú”, no entiendo que nadie pueda decir eso. Una vez me contaron que eso es loq ue decían los semáforos en ámbar: “Allá tú, allá tú, allá tú, allá tú”. Yo no le diría eso a nadie que me importe. Ni siquiera a un enemigo se lo diría. Es mejor decirle a alguien que quieres que le parta un rayo, porque a pesar de todo estás con esa persona, aunque sea justo en el extremo opuesto, pero allá tú es como dejar solo a alguien, completamente solo. Allá tú: si te atropellan, a miq ue me registren. Así que me dio el punto, no sé, vale, tenía un día triste, supongo, llrón y no estaba dispuesta a llorar. Me fui. Igual que antes me había ido a mi cuarto, esta vez me fui a la calle.”
“-No es nada que yo haga, sidhe vidente -me dijo la criatura mágica-. Es lo que soy. Soy cada sueño erótico que hayas tenido nunca y mil más que nunca se te han llegado a pasar por la cabeza. Soy sexo en estado puro que te volverá del revés y te consumirá hasta dejarte reducida a cenizas. -Sonrió-. Y si quiero, luego puedo volver a hacer que estés entera.”