“Yaren:¿Los unicornios tiene sueños?. No me refiero a los sueños que nos visitan cuando estamos dormidos, sino al tipo de sueño, de deseo... Por el cual luchas toda tu vida. Ese sin el cual tu existencia parece que no tiene sentido. ¿Has tenido alguna vez ese tipo de sueño? Victoria: Creo que sí Yaren: ¿se hizo realidad? Victoria: No. Se hizo pedazos.”
“Creo que todo sueño que se repite tiene algo de misterioso, pues nos hace percatarnos de que el inconsciente está cavando obsesivamente para desenterrar un objeto que se niega a salir.”
“Interpretar según el sueño — Lo que se ignora a veces en estado de vigilia, lo que se es incapaz de sentir— a saber, si se tiene buena o mala conciencia respecto a algo, el sueño nos lo hace saber sin equivoco alguno.”
“Una persona sin sueños es alguien tan pequeño... Tan pequeño, tan inútil... Da pena ver a una persona que sólo tiene lo cotidiano, la realidad de lo cotidiano. Es como un árbol sin hojas. Hay que poner hojas en los árboles. Pegarles un montón de hojas para que se conviertan en árboles altos y hermosos. Y si por casualidad hay hojas que caen, se añaden otras. Más y más, sin desanimarse... Las almas respiran en el sueño. La grandeza del hombre se cuela en el sueño. Hoy ya no respiramos, nos ahogamos. Hemos suprimido los sueños, como hemos suprimido el alma y el Cielo...”
“Cuál es tu sueño? Ser el hombre más famoso en el mundo? Qué sueño tan estupido! Conquistar el mundo entero con un ejército? Qué sueño tan primitivo tienes! Ganar millones de dólares? Que sueño tan ambicioso tienes! CUESTIONA tus sueños!”
“-¿Te das cuenta? Es cierto lo que dice. Si sólo hubiese ordeñado cabras, quizá habría muerto de viejo, como tu abuelo, y no de cárcel y abandono. Habría disfrutado de su hijo y de su mujer, habría visto crecer a sus nietos. No le perdonaron los sueños.-Habría ido a la cárcel de igual manera. Tuvo la desgracia de elegir el bando de los perdedores.-Pero él no era peligroso, Víctor. A Miguel Hernández hombre no lo temían, condenaron al escritor. Eran sus versos los peligrosos, su sueño de ser poeta lo que le hizo odioso a los ojos de los que no pensaban como él.-Si no hubiese ordenado su sueño no estaríamos aquí, no habríamos disfrutado sus versos, no leeríamos un poema dedicado a él [...]. Nosotros somos los herederos de su sueño, los que mantenemos vivo su recuerdo.-Sí, eligió ordeñar un sueño, con todas sus consecuencias.-Y nunca se sabe adónde nos lleva el camino que elegimos.”