“Entonces, dijiste algo que nunca olvidé. Dijiste que estar con él hacía la vida más significativa, y que cuando se iba, llegaba el otoño a tu corazón.”
“¿Podrías decirlo una vez? —suplicó—. Como dicen que hace la gente.El corazón de Eleanor latió con la fuerza de las alas de un águila y la elevó a lo más alto mientras se lo decía:—Te amo, Will Parker.Will sintió una punzada de dolor y bajó la cabeza porque nadie le había preparado para eso, nadie le había dicho: «Cuando ocurra, resucitarás. Dejarás de ser lo que fuiste. Serás lo que no eras.» Se precipitó hacia ella y hundió la cara en su pecho.—Oh, Dios mío… —gimió, abrazado con fuerza a ella—. Oh, Dios mío.Elly le sujetó la cabeza como si fuera un niño que se despertaba de una pesadilla.—Te amo —le susurró en el pelo con lágrimas en los ojos.—Oh, Elly, yo también te amo —dijo con la voz entrecortada—, pero tenía tanto miedo de que nadie pudiera amarme. Creía que tal vez era imposible que alguien lo hiciera.”
“Cerró los ojos y dejó que Eleanor siguiera. Aunque viviera mil años, no se cansaría nunca de que le tocara el pelo.”
“Y cuando nos separamos, es otoño en mi corazón.”
“—Dímelo otra vez —pidió, insaciable.—¿Qué? —lo provocó.—Ya sabes qué. Dímelo.—Te amo.—Otra vez. Tengo que oírlo una vez más.—Te amo.—¿No te cansarás nunca de que te pida que me lo digas?—No tendrás que pedírmelo.—Ni tú a mí. Te amo.”
“Hay un momento en la vida en el que el mundo se calla y lo único que queda es tu propio corazón. Así que más vale que aprendas cómo suena. Si no, nunca entenderás lo que está diciendo.”
“¿No has pensado nunca que no hay escapatoria de tu propia vida? ¿No has pensado nunca que tu vida puede ser la cárcel mejor diseñada, más segura y peligrosa en la que jamás podrías estar?”