“Así pues, a menos que hayáis sido muy, muy afortunados, sabréis que una buena y larga sesión de llanto a menudo puede haceros sentir mejor, aunque vuestras circunstancias no hayan cambiado lo más mínimo.”
“A menos que hayáis sido muy, muy afortunados, habréis experimentado sucesos en vuestra vida que os habrán hecho llorar. Así pues, a menos que hayáis sido muy, muy afortunados, sabréis que una buena y larga sesión de llanto a menudo puede haceros sentir mejor, aunque vuestras circunstancias no hayan cambiado lo más mínimo.”
“La adopción es una decisión muy importante, algo que no suele suceder de forma impulsiva. Estoy seguro de que vosotros habéis deseado en algún momento de vuestra vida haber sido educados por gente distinta a la que os está educando, pero en el fondo de vuestro corazón sabíais que las posibilidades eran mínimas.”
“Algunas veces, sólo decir que odias algo y que alguien esté de acuerdo contigo puede hacer que te sientas mejor, a pesar de lo terrible de la situación.”
“Pero un tipo de libro que a casi nadie le gusta leer es un libro sobre leyes. Los libros sobre leyes son muy largos, muy aburridos y muy difíciles. Es una de las razones por las que muchos abogados ganan tanto dinero. El dinero es un incentivo —la palabra «incentivo» significa aquí «recompensa ofrecida para que hagas algo que no quieres hacer»— para leer libros largos, aburridos y difíciles.”
“Yo no sé si os habréis dado cuenta, pero a menudo las primeras impresiones son absolutamente equivocadas. Por ejemplo, puedes mirar un cuadro por primera vez y que no te guste nada, pero, después de mirarlo un rato, te puede parecer muy agradable. La primera vez que pruebas el queso gorgonzola te puede parecer demasiado fuerte, pero, cuando eres mayor, es posible que no quieras comer otra cosa que queso gorgonzola.”
“Estoy seguro de que en el transcurso de vuestra vida os habréis dado cuenta de que las habitaciones de las personas reflejan su personalidad. En mi habitación, por ejemplo, he reunido una colección de objetos que son importantes para mí, y que incluyen un polvoriento acordeón en el que puedo tocar algunas canciones tristes, un legajo de notas sobre las actividades de los huérfanos Baudelaire y una fotografía borrosa, hecha hace mucho tiempo, de una mujer llamada Beatrice. Son objetos muy valiosos e importantes para mí.”