“La astrofísica le había prohibido los besos, pero no se los había negado aLaila. Estaba tan celoso que le dolía el pecho. ¡Celoso de una lesbiana!-Cahal”
“Nunca había negociado nada con una mujer. Él mandaba, pedía y exigía, y todo le salía a pedir de boca. Todas querían lo que él tenía para dar, aunque él nunca había disfrutado de ello. Nunca había recibido nada que le hiciera sentir bien. Pero con Miz… Con ella no. Ella le había enseñado lo que era el dolor y la amargura.”
“—Entonces... ¿Habéis dormido bien? ¿No te duele nada, Caleb? —preguntó Cahal cruzándose de brazos y sonriéndoles. —Ayer estabas bastante indispuesto.Aileen lo miró echando fuego por los ojos.—Muy bien, Cahal —contestó Caleb. —Ya no me duele nada.—¿Qué le dolía, señor? —preguntó María untando los gofres de chocolate.Aquella conversación se estaba saliendo del tiesto.—Los huevos —comentó Menw haciendo que todos se partieran de la risa. -¿Perdón? —dijo María agrandando los ojos de una manera no demasiado inocente.—Huevos —corrigió él. —¿Podría hacerme unos huevos fritos, también?—Claro —contestó María achicando los ojos. —Señorita Daanna, ¿me acercas los huevos de Menw?Aquel comentario tomó a todos desprevenidos y de repente estallaron a carcajadas. No se podían aguantar.María, Mewn, Cahal, Danna, Caleb & AileenSerie Vanir -Libro de Jade”
“sintió algo esponjoso sobre sus labios. Algo cálido que la llenaba de muerte yde vida, de dolor y de pasión, de miedo y de valentía, de vulnerabilidad y de seguridad. Todo lo bueno y lo malo a la vez. Nunca había sentido nada con los besos que le habían dado. Nunca. Y ahora, el guerrero la estaba besando, y ella tenía ganas de llorar y de que la abrazara-Mizar”
“—Me voy con mi fascinante, reservada e insoportable cáraid.—¿Con… Miz? —preguntó Caleb—. ¿No había otro apodo?Cahal miró a Caleb con hastío.—Cómeme el capullo, líder. —Me parece un nombre un poco curioso —lo ignoró por completo y siguió con sus pullas—. Por cierto, lo que me recuerda, Daanna.—¿Sí, Caleb? —dijo ella dando un sorbo al café.—¿Dónde están «miz» gafas?Daanna escupió el café, y Menw se partió delante de su hermano.Cahal puso los ojos en blanco.—No te lo tomes a mal, brathair —dijo Menw—, pero reconocerás que la chica no ha entrado con tan buen pie como para ganarse el título honorífico a «Miz Zimpatía».Daanna se dobló sobre sí misma ahogándose en sus propias carcajadas.—Está bien, chicos —Caleb levantó una mano y se limpió las lágrimas de la risa—. Vamos a tener un poco… un poco de… —le faltaba el aire—, de «mizericordia».”
“Cahal sintió una oleada de orgullo hacia ella. Tan metódica. Tan práctica. Y le ponía todo burro con esa actitud de sabelotodo impertinente.”
“—Cahal…—Chist. —Él pegó su frente a la de ella—. No quería perder ni un momento más, Miz.Necesitaba unirte a mí así. Cuando estuve con Freyja entendí que no había un don más importante que el don de poder amarte y pertenecerte; cuidarte y respetarte el resto de mis días. Ese es el mayor poder que tengo, y me lo has otorgado tú. Así que, no quería quedarme con los dioses porque la única diosa a la que debo mi adoración y mi vida, es a ti, sitíchean. La diosa de mi corazón.”