“Nunca había negociado nada con una mujer. Él mandaba, pedía y exigía, y todo le salía a pedir de boca. Todas querían lo que él tenía para dar, aunque él nunca había disfrutado de ello. Nunca había recibido nada que le hiciera sentir bien. Pero con Miz… Con ella no. Ella le había enseñado lo que era el dolor y la amargura.”
“sintió algo esponjoso sobre sus labios. Algo cálido que la llenaba de muerte yde vida, de dolor y de pasión, de miedo y de valentía, de vulnerabilidad y de seguridad. Todo lo bueno y lo malo a la vez. Nunca había sentido nada con los besos que le habían dado. Nunca. Y ahora, el guerrero la estaba besando, y ella tenía ganas de llorar y de que la abrazara-Mizar”
“Nunca la conoceré del todo”, pensó, como en una repentina y dolorosa revelación. Estaba ahí, al alcance de su mano y de su boca. En cierto modo estaba sin defensa ¡pero qué lejana, qué inaccesible que estaba! Intuía que grandes abismos la separaban (no solamente el abismo del sueño sino otros) y que para llegar hasta el centro de ella habría que marchar durante jornadas temibles, al borde de volcanes en erupción, entre llamaradas y tinieblas. “Nunca”, pensó, “nunca”. ”Pero me necesita, me ha elegido”, pensó también. De alguna manera lo había buscado y elegido a él, para algo que no alcanzaba comprender. Y le había contado cosas que estaba seguro jamás había contado a nadie, y presentía que le contaría muchas otras, todavía más terribles y hermosas que las que ya le había confesado. Pero también intuía que había otras que nunca, pero nunca le sería dado conocer. Y esas sombras misteriosas e inquietantes ¿no serían las más verdaderas de su alma, las únicas de verdadera importancia?”
“Es probable que mi pesadilla no hubiera asustado a nadie más. No había nada que saltara y gritase «¡buuu!». No había zombis ni fantasmas ni psicópatas. En realidad, no había nada, sólo un vacío, un interminable laberinto de árboles cubiertos de musgo, tan calmo, que el silencio se convertía en una presión incómoda sobre mis oídos. Estaba oscuro, como en el crepúsculo de un día nublado, con la luz justa para distinguir que no había nada a la vista. Siempre estoy corriendo a través de la penumbra sin una dirección definida, busca que te busca. Me pongo más y más frenética a medida que pasa el tiempo e intento moverme más deprisa. Parezco torpe a pesar de la velocidad. .. Entonces, llegaba a aquel punto de mi sueño. Sabía con antelación que iba a llegar a él, pero, a pesar de ello, no era capaz de despertarme antes. Era ese momento en el que me daba cuenta de que no había nada que buscar, nada que encontrar, que nunca había habido otra cosa que no fuera ese bosque vacío y lóbrego y que nunca habría ninguna otra cosa para mí... nada de nada.Por lo general, empezaba a gritar en ese momento.”
“Y él había suspirado entonces y ella le había dicho <>. Y él le había respondido <>, cómo respondemos cuando estámos pensando <>.”
“Gabriel sabía que había hecho lo mismo con Julianne. La había adorado, convencido de que era la luz que mantendría la oscuridad alejada de su vida.La había amado tanto que había accedido a separarse de ella para proteger su futuro. Pero, al dejarla, corría el riesgo de no volver a tener su amor nunca más”