“Tú ni siquiera sabrás que existo, en cambio yo te recordaré por siempre.”
“¡Oh, Vida! ¡Nada deseo, porque te tengo! ¡Soy Vida! Contigo siempre, siempre... Lo que Tú no eres no es; ¡el deseador es imbécil! ¡Imbécil, que posee un tesoro y se angustia por un centavo falso! ¡Hideputas ideólogos, conferenciantes, escritores, filósofos, teólogos! ¡Sólo Tú, sólo existes Tú y todo eres Tú, amor mío, que eres yo mismo! ¡Te tengo tan cerca! ¡Aquí te tengo! ¡Estoy reposando en Ti, sobre Ti, dentro de Ti! ¡Eres yo mismo, amor mío!...”
“Quizás no te conozca, ni me conozcas, pero podemos conocernos o desconocernos más si quieres. Eso sí, yo no te mentiría si no te conociera, porque contigo puedo ser yo mismo y tú ni siquiera lo sabrías.”
“No creas que estoy enfadada contigo. Sólo estoy triste. Por que tú has sido muy amable conmigo, y, a cambio, no he sabido ayudarte. Tú siempre estás encerrado en tu propio mundo y, cuando llamo a la puerta, ¨toc, toc¨, te limitas a levantar la cabeza antes de volver a encerrarte.”
“En lugar de un saludo, yo te decía, rápidamente, movido por algo que veía en tu rostro "Me imaginabas distinto." Tú respondías: "Si te he de ser franca, te imaginaba más guapo”
“Pero si la elección que tengo que tomar, se reduce a elegir entre tú o yo, te escojo a ti. Siempre te he escogido.”