“Elena colocó resueltamente sus propias manos a la espalda. Damon no era un sentimental, ni siquiera cuando se ponía en plan «Príncipe de la Noche». La rosa probablemente tenía algo que ver con el viaje que llevaban a cabo.”
“¡Ese vocabulario, queridos! Qué os parece esto: uno de vosotros ha guardado un secreto toda su vida, y lo sigue haciendo en estos momentos. Uno de vosotros es un asesino; y no estoy hablando de un vampiro, ni de eutanasia ni nada por el estilo. Y luego está la cuestión de la verdadera identidad de Sage... ¡Buena suerte con vuestra investigación ahí! A uno de vosotros ya le han borrado la memoria... y no me refiero a Damon o a Stefan. ¿Y qué hay del misterioso beso robado? Y luego está la cuestión de lo sucedido en la noche del motel, que parece que nadie excepto Elena puede recordar. Podríais preguntarle algo sobre sus teorías respecto a Camelot.”
“Sin tratar de influenciarla, seguía extendiendo sus enormes y suaves alas oscuras alrededor de ella para que no tuviera ningún lugar adonde correr, ningún lugar al que huir. Elena sintió que empezaba a desmayarse con la intensidad de la pasión que había forjado entre ellos y, como un gesto definitivo, no de repudio, sino de invitación, arqueó la cabeza hacia atrás, mostrándole la garganta desnuda, y dejó que percibiera su ansia. Y como si repicaran grandes campanas de cristal a lo lejos, sintió el júbilo de Damon ante su rendición voluntaria a la aterciopelada oscuridad que caía sobre ella.No llegó a sentir los dientes que perforaban la piel y reclamaban su sangre. Antes de que eso sucediese veía estrellas. Y luego los oscuros ojos de Damon engulleron el universo.”
“No tenían ya palabras. Las estrellas empezaban a brillar. ¿Cómo fue que sus labios se encontraron? ¿Cómo es que el pájaro canta, que la nieve se funde, que la rosa se abre? Un beso; eso fue todo. Los dos se estremecieron, y se miraron en la sombra con ojos brillantes. No sentían ni el frío de la noche, ni la frialdad de la piedra,ni la humedad de la tierra, ni la humedad de las hojas; se miraban y tenían el corazón lleno de pensamientos. Se habían cogido de las manos sin saberlo.”
“... me daba la sensación de que alguien tan destrozado como yo debía recibir ayuda de la Iglesia. A continuación dije para mis adentros que, como no pensaba en la Iglesia cuando era feliz, difícilmente podía esperar algo cuando no lo era. No se puede cobrar el seguro sin abonar las cuotas.”
“No le sorprendió, tampoco, sentir una doble perforacIón en la garganta al echar la cabeza atrás: su preciosa pantera sólo estaba un poco domesticada en realidad, y necesitaba aprender algunas cosas básicas sobre la etiqueta de las citas, por ejemplo, que uno besa antes de morder.”
“El amor verdadero no era precisamente uno de esos absolutos; pregunta en la cual la palabra <>, sin embargo, tenía tanto que ver con la empleada por Kant o Hegel como la palabra <> con un descarrilamiento o un terremoto, con sus aullidos y su sangre. Bruno respondía que, a su juicio, la calidad del amor que hay entre dos seres que se quieren cambia de un instante a otro, haciéndose de pronto sublime, bajando luego hasta la trivialidad, convirtiéndose más tarde en algo afectuoso y cómodo, para repentinamente convertirse en un odio trágico o destructivo".”