“la vida no se podía enseñar y cada uno tenía que aprender a vivirla.”
“Lo malo era que en el mundo real no tenía opción a más vidas. Tienes una y va que chuta. Si la perdía, se acababa el juego.”
“Yo no le había puesto nombre. No tenía palabras. Creía que si no hablaba no existía. Las cosas que no se nombran se olvidan o desaparecen. Por eso me costaba tanto explicárselo a alguien”
“...no mide las palabras y de vez en cuando se va de la lengua y deja caer palabras envenenadas que corren por las venas, como un cáncer maligno, hasta llegar al corazón y matarlo.”
“¿Sabes cuál es la diferencia entre un adicto y un enfermo?... Que el adicto puede dejar de serlo en cualquier momento y el enfermo no. Es tan sencillo como chasquear los dedos, decir basta. Se acabó.”
“Tener hambre y no poder comer es morir un poco cada minuto, cada segundo.”
“Me di cuenta de que sin palabras los humanos nos convertimos en bestias y perdemos la cordura”