“Con la voz enternecida por las sonrisas, me dijiste que siempre había que cortar por debajo del capullo, pues si no se corría el riesgo de herir a la rosa; y un hombre jamás debeherir a una rosa, ¿no es así? Pero ¿quién piensa en lo que hiere a los hombres?”
“El problema es que el niño es una esponja que registra y absorbe indiscriminadamente todo lo que ve [...] El niño formado en la imagen se reduce a ser un hombre que no lee, y, por lo tanto, la mayoría de las veces, es un ser «reblandecido por la televisión», adicto de por vida a los videojuegos.”
“Como dice una canción, me ha rozado el alma y me la ha cambiado, ¿cómo perdonarle el haber hecho nacer en mí las ganas de querer y de que me quieran?”
“Lo único que odio más que a un hombre con dinero, es un hombre que piensa que lo único que quiere una mujer es un hombre con dinero. Siempre he pensado que los dos van de la mano...”
“Quería salvarme de la droga que contamina el cuerpo y las venas y no de la otra, la que entra por debajo y por los ojos, la que se enquista en el corazón y lo corroe, la maldita droga que los más ingenuos llaman amor, pero que es tan nociva y mortal como la que se consigue en las calles envuelta en paqueticos.”
“Dejar entrar a alguien en la vida de uno es abatir los muros construidos para protegerse, no esperar a que el otro los derribe.”
“No sois en absoluto parecidas a mi rosa, no sois nada aún —les dijo—. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo…Y las rosas se sintieron bien molestas.—Sois bellas, pero estáis vacías —les dijo todavía—. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.Y volvió hacia el zorro:—Adiós —dijo.—Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.—Lo esencial es invisible a los ojos —repitió el principito, al fin de acordarse.—El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.—El tiempo que perdí por mi rosa… —dijo el principito, a fin de acordarse.—Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…—Soy responsable de mi rosa… —repitió el principito, a fin de acordarse.”