“Si la felicidad llama a tu puerta, no la dejes escapar.”
“Si quieres salvarte de esta bestia, como tu la llamas, tendrás que comértela entera.”
“¡Dejadme escapar de la mentirosa y criminal ilusión de la felicidad!Dadme trabajo, cansancio, dolor y entusiasmo.”
“Solo nunca dejes de creer, porque el amor y tus sueños son la única puerta hacia la eternidad.”
“Así como tu me llamas a tus sueños, yo te llamaré a la realidad”
“Tomas febrilmente la butaca, la colocas contra esa puerta sin cerradura, empujas la cama hacia la puerta, hasta atrancarla, y te arrojas exhausto sobre ella, exhausto y abúlico, con los ojos cerrados, y los brazos apretados alrededor de tu almohada: tu almohada que no es tuya; nada es tuyo...”