“No es resultado de la casualidad que los hombres intelectuales y sensibles se entreguen siempre a mujeres insensibles e inferiores y les tengan, sin embargo, apego, si la prueba de que no son amados no los cura en absoluto de sacrificarlo todo por conservar junto a ellos a una mujer así”
“Aquella alcoba chiquita, tan alta de techo, que se alzaba en forma de pirámide, ocupando la altura de dos pisos, revestida en parte de caoba y en donde me sentí desde el primer momento moralmente envenenado por el olor nuevo, desconocido para mí, de la petiveria, y convencido de la hostilidad de las cortinas moradas y de la insolente indiferencia del reloj de péndulo, que se pasaba las horas chirriando, como si allí no hubiera nadie; cuarto en donde un extraño e implacable espejo, sostenido en cuadradas patas, se atravesaba oblicuamente en uno de los rincones de la habitación, abriéndose a la fuerza en la dulce plenitud de mi campo visual acostumbrado, un lugar que no estaba previsto y en donde mi pensamiento sufrió noches muy crueles afanándose durante horas y horas por dislocarse, por estirarse hacia lo alto para poder tomar cabalmente la forma de la habitación y llenar hasta arriba su gigantesco embudo, mientras yo estaba echado en mi cama, con los ojos mirando al techo, el oído avizor, las narices secas y el corazón palpitante; hasta que la costumbre cambió el color de las cortinas, enseñó al reloj a ser silencioso y al espejo, sesgado y cruel, a ser compasivo; disimuló, ya que no llegara a borrarlo por completo, el olor de la petiveria, e introdujo notable disminución en la altura aparente del techo.”
“Es mejor soñar una vida que vivirla, aunque vivirla siga siendo soñarla, pero menos misteriosamente y con menos claridad a la vez, con un sueño oscuro y pesado, similar al sueño disperso en la débil conciencia de los animales que rumian.”
“Linda Williams dice algo muy interesante en su libro Hard Core. Afirma que una de las fantasías más tradicionales de la pornografía masculina es la violación que se convierte en éxtasis, y en que la mujer acaba disfrutando. Los hombres siempre fantasean sobre la débil frontera entre el 'no' y el 'sí' de una mujer. Este es el clásico dilema de la violación en nuestra sociedad sexista: la sospecha de que la víctima quiere ser victimizada. Esta es la razón por la que la violación en los juzgados siempre es un tema difícil, y sigue siendo uno de los crímenes donde más se desconfía de la veracidad de las víctimas.”
“Una mujer es la historia de sus actos y pensamientos, de sus células y neuronas, de sus heridas y entusiasmos, de sus amores y desamores. Una mujer es inevitablemente la historia de su vientre, de las semillas que en él fecundaron, o no lo hicieron, o dejaron de hacerlo, y del momento aquél, el único en que se es diosa. Una mujer es la historia de lo pequeño, lo trivial, lo cotidiano, la suma de lo callado. Una mujer es siempre la historia de muchos hombres. Una mujer es la historia de su pueblo y de su raza. Y es la historia de sus raíces y de su origen, de cada mujer que fue alimentada por la anterior, para que ella naciera: una mujer es la historia de su sangre.Pero también es la historia de una conciencia y de sus luchas interiores. También una mujer es la historia de su utopía.”
“Una mujer nunca es sólo una mujer, querido Max. Es también, y sobre todo, los hombres que tuvo, que tiene y que podría tener. Ninguna se explica sin ellos.”
“Porque la mejor parte de nuestra memoria está fuera de nosotros, en una brisa húmeda de lluvia, en el olor cerrado de un cuarto o en el perfume de una primera llamarada: allí dondequiera que encontremos esa parte de nosotros mismos de que no dispuso, que desdeñó nuestra inteligencia, esa postrera reserva del pasado, la mejor, la que nos hace llorar una vez más cuando parecía agotado todo el llanto.”