“—Esta joven parece creer que la amáis y esta es vuestra oportunidad de demostrárselo. —Parpadeó con coquetería—. Así que, decidme, Su Majestad, ¿estáis dispuesto a negociar con ella?—¿Negociar? —dijo Kai—. ¿Por su vida? —Bienvenido al mundo real de la política.”
“—Imagina que existiera una cura —le susurró Kai al oído en vez de besarla—, pero tuvieras que pagar un precio tan alto por su descubrimiento que te arruinara la vida por completo. ¿Qué harías?”
“El corte que se había hecho anteriormente para extraer el chip de identidad de modo que no pudieran localizarla todavía no se había cerrado. Esta vez no vaciló. Pronto, todo el mundo buscaría a Linh Cinder. Una ciborg deforme a la que le faltaba un pie. Una lunar con una identidad robada. Una mecánica sin nadie a quien acudir, sin un sitio a donde ir. Pero solo buscarían un fantasma.”
“Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas mas importantes. No importa lo que diga, no importa con que palabras y con que argumentos trate de defenderse. Al final, al final de todo, uno responde a todas las preguntas con los hechos de su vida: a las preguntas que el mundo le ha hecho una y otra vez. Las preguntas son estas: Quien eres? Que has querido de verdad? Que has sabido de verdad? A que has sido fiel o infiel? Con que y con quien te has comportado con valentia o con cobardia? Estas con las preguntas. Uno responde como puede, diciendo la verdad o mintiendo: eso no importa. Lo que si importa es que uno al final responde con su vida entera.”
“—Supongo que irás al baile, ¿no es así? —No... no lo sé. Es decir, no. No, lo siento, no voy a ir al baile. Kai retrocedió, desconcertado. —Ah. Bien... Pero... puede que ahora quieras pensártelo, porque soy... Bueno, ya sabes.—El príncipe.”
“Esta es una buena imagen suya que nos quedó muy grabada en la memoria: la imagen de alguien que nunca le tuvo miedo a la vida, y es por eso que le sacó tanto provecho; es por eso, que a mis ojos, su vida se coronó con tantos éxitos.”
“-¿Y no le parece que también es importante lo que usted sienta?-me dijo-.¿No cree que siempre es mejor la más amarga de las verdades que la más dulce mentira?-me preguntó.-Sí, tiene usted razón -admití-, pero si la abandona ella terminará con su vida...-¿Entonces usted piensa que lo correcto es sacrificar la suya a cambio de la de ella?-me preguntó”