“—¿Y qué ocurre cuando uno muere?—Tampoco yo lo sé.—Entonces, ¿por qué tener miedo? —dice Oswald—. Yo creo que no ocurre nada. Y si ocurre algo que es mejor que nada, pues mejor que mejor.—¿Y si lo que ocurre es peor que nada? —le digo.—No existe nada peor que nada. Pero si no es nada, no podré saberlo porque yo no seré nada.Oyéndolo hablar así, siento que Oswald es un genio.—Pero, y si no existes, ¿qué? —le pregunto—. El mundo entero seguirá viviendo sin ti. Como si nunca hubieras pasado por aquí. Y el día en que todas las personas que has conocido también hayan muerto, será como si nunca, nunca hubieras existido. ¿No te parece una pena que pase eso?—Si salvo a Max, no. Si lo salvo, existiré para siempre.”
“Nunca he pensado en nada, solamente de golpe me doy cuenta de lo que he pensado, pero eso no tiene gracia, ¿verdad? ¿Qué gracia va a tener darse cuenta de que uno ha pensado algo? Para el caso es lo mismo que si pensaras tú o cualquier otro. No soy yo, yo. Simplemente saco provecho de lo que pienso, pero siempre después, y eso es lo que no aguanto. Ah, es difícil, es tan difícil...”
“Si pudiera descubrir porqué se encasillan, podría averiguar por qué yo no lo hago, por qué me he convertido en una chica invisible. El tipo de chica que tiene unos cuantos amigos y un montón de conocidos, pero no pertenece a nada en concreto. Supongo que ser invisible es mejor que fingir formar parte de algo; pero no te hace sentir menos solo.”
“Para qué sirve el arrepentimiento si eso no borra nada de lo que ha pasado. El arrepentimiento mejor es sencillamente cambiar”
“Y si, estás lejos. No es que no te tenga porque nada es realmente mío. Yo soy de apreciar las cosas, de encontrarle sentido o dárselo si no lo tienen. Ahora que estás lejos, sólo me queda contemplarte. Verte ser feliz con quién quieras, con lo que quieras. Agradecer que alguna vez esa sonrisa fue para mí, que esas manos han tocado las mías y que esos labios una vez hicieron el amor conmigo. Así sea en palabras. Y si, estás lejos, ¿qué importa si lo estás? De esa manera, rodeas también mi vida, a una órbita mayor por supuesto, ¿pero qué importa? Pues de esa manera te conviertes en mi paisaje. Y es así como llego amar a tu ausencia.”
“No tiene ningún sentido hacerse ahora esas preguntas, lo sé. Pero las preguntas no lo saben. Ellas llegan sin avisar, sin informarse antes de si lo hacen en el momento adecuado. Quieren que uno se ocupe de ellas, sea cual sea el momento en que se presentan. Yo ya me he acostumbrado a tratarlas bien. Les contesto que no sé. A veces les digo también que creo que no, que no habría cambiado nada. Tal vez lo hubiera hecho otro, y a lo mejor –o incluso probablemente –habría salido todo pero si yo hubiera salido corriendo. Eso siempre las tranquiliza un poco.”