“—Espero que hayamos hecho un bebé esta tarde, Donna. Quiero tener hijoscontigo.Donna se quedó sin aliento y, maldición, volvió a sentir el escozor de laslágrimas. Jack la besó con suavidad y siguió hablando.—Quiero crear una familia contigo, Donna. La familia que siempre he queridopero nunca pensé que encontraría.Donna levantó la mano para acariciarle la mejilla. ¿Cómo podía habérselepasado por la cabeza abandonar a aquel hombre amable y fuerte?, se preguntó, y lesonrió con orgullo.—¿Quieres bebés? —le preguntó—. Pues hoy es tu día de suerte, marine. ¿Aque no sabes que sorpresa tengo reservada para ti?”
“Cerró los puños al sentir cómo aquel vacío crecía hasta amenazar con devorarlopor entero. Contempló la negrura que era su vida y comprendió lo que llevabasemanas negando. La amaba. La amaba de verdad. Tanto, que sin ella, su vida seríauna sucesión interminable de días estériles y noches desoladoras.Pero Donna se había ido sin decir una palabra.Aun así, se preguntó, si él le hubiera confesado su amor, si se hubieraarriesgado a sufrir su rechazo y le hubiera confesado lo que sentía, ¿se habría ido?No lo sabía. Pero, maldición, ya estaba harto de retirarse. Iba a aferrarse a laoportunidad que se le ofrecía, la que tantas personas afortunadas daban por hechatodos los días: la oportunidad de amar, de pertenecer a una familia.Con paso rápido atravesó el despacho y salió por la puerta. Desfiló con pasoraudo hasta el despacho del coronel, que estaba al final del pasillo. Llamó con losnudillos y abrió la puerta lo justo para asomar la cabeza.—Solicito permiso para tomarme el día libre por asuntos personales, señor —lepidió.—Concedido —gritó el coronel hacia la puerta que ya se estaba cerrando.”
“Y aunque se que hace tiempo no te digo lo que siento hoy lo intentaré... Es imposible imaginar mi vida ya sin ti, pues cada día es más hermoso desde que descubrí como sabe en tu boca el amor... Que con tomarte de la mano ya me siento feliz, pero un beso apasionado, no te quiero decir... Y un te amo de tus labios, vale más que el mundo entero para mí.”
“Así es. Entonces de todos modos, tu y tu hermano vinieron a la fiesta y tan pronto entraste por la puerta, Liam se quedo mirándote. Él literalmente no podía apartar sus ojos de ti. Tu sonreíste y le dijiste feliz cumpleaños, pero ni siquiera podía hablar contigo, así que te alejaste para ir a bailar. Se volvió hacia mi y ¿Sabes que me dijo? —pregunto, con los ojos lagrimeando. Negué con la cabeza. ¿Que diablos va decir ella? ¡Esto me esta volviendo loca! — Él dijo en un tono muy serio "Mamá ¿estoy muerto?" Y yo dije "No cariño, no estas muerto" Y el sacudió la cabeza, mirando a todos lados confundido por algo. Luego señalo hacia ti bailando y dijo: "Si no estoy muerto, ¿Porque hay un ángel en nuestra casa?" . .”
“Después de un momento, preguntó:- ¿Y le parece elogiable un mensaje de desesperanza?La observé con sorpresa.-No--repuse --, me parece que no. ¿Y usted qué piensa?Quedó un tiempo bastante largo sin responder; por fin volvió la cara y su mirada me clavó en mí.- La palabra elogiable no tiene nada que hacer aquí -- dijo, como contestando a su propia pregunta --. Lo que importa es la verdad.”
“-Puedo darte todo lo que desees -dijo el hada-. Riqueza, poder y cetro, fama, una vida larga y feliz. Elige.-No quiero riqueza ni fama, poder ni cetros -respondió la bruja-. Quiero un caballo que sea negro y tan imposible de alcanzar como el viento de la noche. Quiero una espada que sea luminosa y afilada como los rayos de la luna. Quiero atravesar el mundo en la oscura noche con mi caballo negro, quiero quebrar las fuerzas del Mal y de la Oscuridad con mi espada de luz. Eso es lo que quiero.-Te daré un caballo que sea más negro que la noche y más ligero que el viento de la noche -le prometió el hada-. Te daré una espada que será más luminosa y afilada que los rayos de la luna. Pero no es poco lo que pides, bruja, habrás de pagármelo muy caro.-¿Con qué? En verdad nada tengo.-Con tu sangre.”