“Es cierto que has perdido un poco de peso, pero eso impide que me muera por penetrarte hasta hacerte perder el sentido.”
“Dicen que soy un mafioso, porque mi sentido de la amistad es tal que resulta un poco el de los gánsteres: por un lado mis amigos y por el otro el resto del mundo, con el cual tengo muy poco contacto”
“—Pero, ¿Por qué no acepta que nunca ya volverá a enamorarse?Era cierto; yo no quiero aceptarlo porque me parece que perdería el entusiasmo por todo, que la esperanza vaga de enamorarme me da un poco de confianza en la vida. Ya no tengo otra cosa que esperar.”
“—También te amo —dijo él, retrocediendo después de un momento—. Creo que te he amado desde hace meses. Nunca he creído en el amor a primera vista, pero sí creo en el destino. Cada situación de mierda que has tenido que superar te trajo hasta aquí. Nunca he sentido esto por nadie, y es porque he estado esperando por ti, no lo sabía hasta que llegaste aquí.”
“«Tienes que ser vida para mí hasta el final», según escribe. «Esa es la única forma de sostener mi idea de ti. Porque, como puedes ver, has quedado ligado a mí con algo tan vital, que no creo que pueda desembarazarme de ti. Ni tampoco lo deseo. Quiero que vivas cada día más vivamente, puesto que yo estoy muerto. Por eso es por lo que, cuando hablo de ti con otros, me siento un poco avergonzado. Es difícil hablar de un mismo tan íntimamente. »”
“Mientras estaba tendido allí, a un paso de mí yacía un escarabajo, patas arriba, desesperado. No podía enderezarse, me habría gustado ayudarlo, era tan fácil hacerlo, bastaba un paso y un empujoncito para brindarle una ayuda efectiva. Pero lo olvidé a causa de la carta. Además no podía ponerme de pie. Por fin, una lagartija logró que volviera a tomar conciencia de la vida que me rodeaba. Su camino la llevó hasta el escarabajo, que ya estaba totalmente inmóvil. De modo que no fue un accidente, me dije, sino una lucha mortal, el raro espectáculo de la muerte natural de un animal. Pero la lagartija al deslizarse por encima del escarabajo, lo enderezó. Por uno instantes continuó inmóvil, como muerto, pero luego trepó la pared como la cosa más natural. Es probable que eso me haya brindado, de alguna manera, un poco de coraje. Lo cierto es que me puse de pie, bebí leche y le escribí a usted.”