“Estoy loca por ti, arcángel. A veces me das un miedo de muerte, pero quiero bailar contigo de todas formas.-Elena a Rafael”
“Por ti. Solamente será un viaje de veinte minutos a tu universidad, y viajaré a diario para verte todas las noches. Viajaría diariamente diez veces simplemente para estar contigo todas las noches.”
“Ay, amor mío, no estoy triste, no, pero te quiero. Es un modo distinto de sufrir.”
“-Yo quiero estar contigo toda una eternidad.-Pero… yo no. ¿Es que acaso no entiendes que no quiero estar contigo por “siempre”?-Bueno, “nunca” también es una eternidad.”
“«Tienes que ser vida para mí hasta el final», según escribe. «Esa es la única forma de sostener mi idea de ti. Porque, como puedes ver, has quedado ligado a mí con algo tan vital, que no creo que pueda desembarazarme de ti. Ni tampoco lo deseo. Quiero que vivas cada día más vivamente, puesto que yo estoy muerto. Por eso es por lo que, cuando hablo de ti con otros, me siento un poco avergonzado. Es difícil hablar de un mismo tan íntimamente. »”
“El día que te fuiste entendí que no te volvería a ver. Ibas teñida de rojo por el sol de la tarde, por el crepúsculo ensangrentado del cielo; Sonreías. Dejabas atrás un pueblo del que muchas veces me dijiste: ‘Lo quiero por ti; pero lo odio por todo lo demás, hasta por haber nacido en él’. Pensé: ‘No regresará jamás; no volverá nunca.”