“Si estuvieses de rodillas y tuvieras los labios alrededor de mi miembro, a mí me importarían muchísimo.”
“Me incliné hacia ella y la besé, presionando mi cuerpo al de ella. Ella sabía muy bien, como fresas y menta. Sus brazos fueron de contra la pared a alrededor de mi cuello, tirando de mí aún más cerca. Sus dedos estaban en mi cabello, sus labios moviéndose a través de mi mejilla, su corazón latiendo con fuerza. Quería arrancar nuestra ropa y dejar que ella se arrastrara por todo mi cuerpo.”
“Hacía avanzar la canción despacio, pero no pesadamente. La tocaba con la lentitud de un beso lujurioso. Y no es que en esa época de mi vida yo supiera mucho de besos. Pero viéndola allí de pie, con los brazos alrededor del arpa, concentrada, con los ojos entrecerrados y los labios ligeramente fruncidos, supe que quería que algún día me besaran con ese cuidado lento y deliberado.”
“Dejaré mi ventana abierta esperando que mi oscuro visitante entre por el espacio de mi alma que le pertenece. Entonces disfrutaré de los momentos más preciados de la vida humana en aquel rincón de mi alma que estaría vacío si él no estuviese. Y antes que se marche la luna de mi ventana le rogaré una vez más para que me lleve consigo hasta el fin de mi existencia y el comienzo de la infinitud de nuestro amor”
“Observé su cara atentamente mientras le desabotonaba los vaqueros, y tiraba de ellos desde abajo, arrastrándola hasta el final de la cama, se rió muy fuerte, restándole algo de tensión al ambiente.........Me rozó el cuello con los labios y deslizó una mano dentro de mi camisa. Un momento después, la mayoría de nuestra ropa estaba por el suelo, Holly encima de mí y mis manos por todo su cuerpo.”
“Parece como si todo estuviera encerrado y protegido por una campana de vidrio delgadísimo, y el calor hace más pesados los movimientos; pero dentro de mí no hay calma. Es como si una rata estuviese royéndome el alma de manera tan imperceptible que incluso parece dulce. No estoy mal pero tampoco estoy bien, lo inquietante es que no estoy.”