“Pero les juro que los humanos no se saldrán con la suya eternamente. Tenemos que ser pacientes. Llegará un día, y espero que no tarde mucho, en que los gatos dominaremos el mundo.”
“Soy un gato, un ser extremadamente sensible a los más sutiles cambios en la mente o el alma del mundo. Y, naturalmente, necesito dormir más que el resto.”
“Cuando aceptas una invitación, lo que haces en realidad es decirle a la otra persona que le tienes respeto y la aprecias... Quien acepta la invitación puede ser un don nadie, pero eso da igual. Basta con que sea un ser humano libre e independiente. El hecho de que ese hombre independiente te encuentre digno de respeto y aprecio es más valioso que un millón de yenes.”
“Vaya, pues sí que viven bien los maestros. Si fuera humano me gustaría ser como él, maestro de escuela. Uno puede dormirse cuando quiere y, aun así, siguen considerándote un buen maestro. Así que no le veo yo problema a ser maestro y gato a la vez.”
“Es una de esas fisonomías que se quedaron sin vender en el siglo XIX y que en el XX siguen sin encontrar postor.”
“He de confesarte que, desde mis días de estudiante, no he sentido ninguna simpatía por los hombres de negocios. No hacen nada si no hay dinero de por medio. A mi entender, son lo que se solía llamar antiguamente, en los buenos tiempos, la escoria de la sociedad.”
“Yo no sé por qué razón la Tierra gira alrededor de su eje, pero lo que es seguro es que el dinero contante y sonante es la motivación de todas las cosas.”