“Aunque moverse duela como una enfermedad. La mirada se detiene en los rostros que murmuran y no puedes oír lo que están diciendo porque en tu cabeza, el estruendo de los gritos es demasiado fuerte. Aun así, deja que te tiren del brazo y que te suban al coche, y sigues. Porque puedes cuando alguien te dice que puedes.”