“Tal vez yo no merezco preguntarte esto, pero lo haré de todos modos. Quiero otra oportunidad. Quiero que estemos juntos, sin nada entre nosotros. Sin necesidad, sin dolor, sin miedo. Quiero que nosotros estemos juntos porque eso es lo que queremos. Porque nos amamos el uno al otro. No te voy a volver a dejar de nuevo.Me toma un par de minutos antes de que pueda encontrar mi voz. Él me ama. Quiere volver conmigo. Y yo quiero eso. Los dos queremos eso. Sin necesidad. Hay una gran diferencia ahí. Es como que el aire entre nosotros está limpio. Siempre ha sido puro, porque siempre nos hemos amado realmente, pero ahora estamos listos para estar enamorados. Listos para estar juntos.”
“Todo lo que quiero ahora mismo es hacer lo mejor. Cuidar de ella. Eso es lo que haces ¿verdad? Cuando alguien es importante para ti, tu cuidas de ellos. Tratas de tirar el dolor lejos, tirarlo hacia ti si puedes, porque es más fácil pelear con sus demonios que correr el riesgo de que ella quede con alguna cicatriz. Me gustaría pelear con todos si pudiera.”
“Ahora me doy cuenta, que no es perfecto. Él tenía razón en eso todo el tiempo y no es justo que yo siempre trate de hacer que se sienta de esa manera. Nadie es perfecto. Él tiene problemas como yo. Apesta llegar a esta conclusión ahora.Mostrando sus imperfecciones en el parque ese día casi me mata, pero ahora empuja más vida en mí. Tegan no es perfecto. No es más que un hombre. Un hermoso, dulce, tipo maravilloso, pero sólo un hombre de todos modos.Tiene miedos, inseguridades y remordimientos. Me lastimo más que nadie, pero él me amaba más de lo que nadie lo hizo, también.”
“—Primero de todo, estás loco. Soy mucho más caliente que tú. Y segundo, estoy siendo serio, hombre. Somos como, Batman y Robin. Scooby y Shaggy. En realidad, ninguno de esos dúos tiene nada que hacer con nosotros. Somos Sebastian y Jaden. ¿A quién voy a conseguir para que me ayude a ver a las chicas? Quiero decir, ¿quién más podría lograr ese baile de “I’m Sexy and I Know it”, sino nosotros?”
“Mira a todos a tu alrededor y ve lo que hemos hecho de nosotros y de eso considerado como victoria nuestra de cada día. No hemos amado por encima de todas las cosas. No hemos aceptado lo que no se entiende porque no queremos pasar por tontos. Hemos amontonado cosas y seguridades por no tenernos el uno al otro. No tenemos ninguna alegría que no haya sido catalogada. Hemos construido catedrales y nos hemos quedado del lado de afuera, pues las catedrales que nosotros mismos construimos tememos que sean trampas. No nos hemos entregado a nosotros mismos, pues eso sería el comienzo de una vida larga y la tememos. Hemos evitado caer de rodillas delante del primero de nosotros que por amor diga: tienes miedo. Hemos organizado asociaciones y clubs sonrientes donde se sirve con o sin soda. Hemos tratado de salvarnos, pero sin usar la palabra salvación para no avergonzarnos de ser inocentes. No hemos usado la palabra amor para no tener que reconocer su contextura de odio, de amor, de celos y de tantos otros opuestos. Hemos mantenido en secreto nuestra muerte para hacer posible nuestra vida. Muchos de nosotros hacen arte por no saber cómo es la otra cosa. Hemos disfrazado con falso amor nuestra indiferencia, sabiendo que nuestra indiferencia es angustia disfrazada. Hemos disfrazado con el pequeño miedo el gran miedo mayor y por eso nunca hablamos de lo que realmente importa. Hablar de lo que realmente importa es considerado una indiscreción. No hemos adorado por tener la sensata mezquindad de acordarnos a tiempo de los falsos dioses. No hemos sido puros e ingenuos para no reírnos de nosotros mismos y para que al fin del día podamos decir «al menos no fui tonto» y así no quedarnos perplejos antes de apagar la luz. Hemos sonreído en público de lo que no sonreiríamos cuando nos quedásemos solos. Hemos llamado debilidad a nuestro candor. Nos hemos temido uno al otro, por encima de todo. Y todo eso lo consideramos victoria nuestra de cada día.”
“-No necesitas gastar cada momento del día protegiéndome ahora. Se supone que debo ser tu compañera, no tu carga, y si eso es todo lo que voy a ser para ti, entonces no quiero estar aquí nunca más. Quiero que me ames. Quiero ansiar venir aquí cada otoño. Quiero que el invierno sea mi estación favorita porque puedo pasarla contigo. Así que dime si eso va a suceder, Henry. Dime que las cosas van a mejorar, que no vas a pensar en Perséfone cada vez que me toques. Dime que vas a amarme tanto como la amas a ella, y que no voy a pasar el resto de mi eternidad estancada en la comparaciónde los recuerdos de mi hermana.-Silencio.-Por favor,-le susurré.-Te lo ruego. Si tú no lo haces...Si tú no lo haces, me voy a ir. Y no quiero decir solo por el verano. Voy a dejar el Inframundo, y no voy a volver.-”
“Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. ”