“¿Y no es extraordinario que, desparecidas las causas, persistan los efectos? ¿Y que los efectos oculten a las causas?”
“¿Y no es extraordinario que, desaparecidas las causas, persistan los efectos? ¿Y que los efectos oculten a las causas?”
“¿Lo ves? Eso es lo que hacen los historiadores, hacen juegos con la causa y el efecto, cuando el asunto es que hay períodos en los que el mundo cambia, y la voz precisa en el lugar preciso puede mover al mundo”
“Las causas no podemos reconocerlas nunca, todo lo que percibimos son los efectos. Lo que identificamos como causa en realidad no es más que un… presagio. Si suelto este lápiz, se caerá al suelo. Que el hecho de soltarlo constituya la causa de la caída puede creerlo un estudiante, pero yo no. Soltarlo es sencillamente el presagio infalible de la caída.”
“La razón posee una naturaleza pulcra y hacendosa y siempre se esfuerza por llenar de causas y efectos todos los misterios con los que se topa, al contrario de la imaginación (la loca de la casa, como la llamaba Santa Teresa de Jesús), que es pura desmesura y deslumbrante caos.”
“La casualidad no es, ni puede ser más que una causa ignorada de un efecto desconocido”