“Bueno, nos hemos bajado del caballo y nos montamos en el burro. ¡Que sea para bien!”
“Si algo nos duele es porque nos importa. El dolor nos recuerda lo que hemos vivido y deja en nosotros marcas para aprender en un futuro”
“Si se quiere ser feliz, señor, no se puede tener sentido del deber; pues, si uno lo tiene, el deber es implacable. Se diría que nos castiga por querer cumplir con él; pero, no, más bien nos recompensa, pues nos precipita en un infierno en el que nos sentimos cerca de Dios. Apenas nos hemos desgarrado las entrañas, nos hallamos en paz con nosotros mismos.”
“Nos instruyen y preparan en la juventud para una profesión, para cumplir los deberes ciudadanos, para el servicio militar, nos enseñaban las reglas del aseo, a comportarnos bien y hasta a comprender lo bello (esto último no tanto). Pero la instrucción, la educación, la experiencia, no nos preparan en absoluto para la gran prueba de nuestra vida: para el arresto por nada y para el sumario sobre nada.”
“Cuando una persona ha significado mucho en nuestras vidas, para bien o para mal, y se ha ido, no debemos tratar de encerrarla en el olvido, porque el olvido tiene una puerta que se abre cuando menos lo esperamos y nos lanza los recuerdos como caballos salvajes que nos patean el alma. Aprenda a domar el recuerdo de esa muchacha. Los recuerdos domados no lastiman...Supongo que algo, bonito, digno de recordar, le habrá dejado...”
“- El aburrimiento es una parte esencial del estudio. La función del estudio consiste en prepararnos para el aburrimiento. A medida que crecemos, la vida es más tediosa y más llena de momentos muertos. Un poco de aburrimiento nos prepara para enfrentarnos a la vida adulta: días y semanas, meses y años, en los que no nos ocurrirá nada interesante.”