“lo habían encuadernado cuidadosamente con un papel de aguas azul que hacía recordar los sueños.”
“Tenía que ser hembra. De eso no quedaba duda. Guardaba un cierto parecido con las estatuillas de las diosas de la fertilidad que habían tallado hacía miles de años los hombres de las cavernas (...) Era la deriva continental con curvas. Empezó a cantar.”
“Soñó que paseaban por un extraño bosque de papel donde las hojas de los árboles eran cartas escritas por gente que había muerto hacía mucho tiempo.”
“los sueños correctos para un hombre en peligro eran sueños de peligro y que lo demás era sólo la llamada de la languidez y de la muerte.”
“Lo único que odio más que a un hombre con dinero, es un hombre que piensa que lo único que quiere una mujer es un hombre con dinero. Siempre he pensado que los dos van de la mano...”
“-¿Te das cuenta? Es cierto lo que dice. Si sólo hubiese ordeñado cabras, quizá habría muerto de viejo, como tu abuelo, y no de cárcel y abandono. Habría disfrutado de su hijo y de su mujer, habría visto crecer a sus nietos. No le perdonaron los sueños.-Habría ido a la cárcel de igual manera. Tuvo la desgracia de elegir el bando de los perdedores.-Pero él no era peligroso, Víctor. A Miguel Hernández hombre no lo temían, condenaron al escritor. Eran sus versos los peligrosos, su sueño de ser poeta lo que le hizo odioso a los ojos de los que no pensaban como él.-Si no hubiese ordenado su sueño no estaríamos aquí, no habríamos disfrutado sus versos, no leeríamos un poema dedicado a él [...]. Nosotros somos los herederos de su sueño, los que mantenemos vivo su recuerdo.-Sí, eligió ordeñar un sueño, con todas sus consecuencias.-Y nunca se sabe adónde nos lleva el camino que elegimos.”