“Por aquellos años su padre comprendía que un pueblo podía cambiar su "modo de vida", su historia, su tecnología, su cultura, su arte y su literatura, pero no le concedía la menor posibilidad de que cambiara sus gestos.”
“Ella sólo quería una fotografía de su vida, como las que tenía de su padre y de su madre en su mesa de noche. Agradable, iluminada de un modo que suavice los ángulos más duros, distinguida.”
“Pensó en abandonar, pero aquello no era un juego, no se trataba de una competición entre las selecciones inglesa y alemana. Aquello era algo mucho más serio. Abandonar sería lo mismo que decirle a Hitler que podía entrar en su país; abandonar significaría entregar su patria, su casa, su familia, sus amigos, su universidad, su libertad... a quienes solo sentían desprecio por todo aquello.”
“La doctrina significa aquello que hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante, de modo que le siga donde sea, sin temer por sus vidas ni a correr cualquier peligro.”
“Una mujer es la historia de sus actos y pensamientos, de sus células y neuronas, de sus heridas y entusiasmos, de sus amores y desamores. Una mujer es inevitablemente la historia de su vientre, de las semillas que en él fecundaron, o no lo hicieron, o dejaron de hacerlo, y del momento aquél, el único en que se es diosa. Una mujer es la historia de lo pequeño, lo trivial, lo cotidiano, la suma de lo callado. Una mujer es siempre la historia de muchos hombres. Una mujer es la historia de su pueblo y de su raza. Y es la historia de sus raíces y de su origen, de cada mujer que fue alimentada por la anterior, para que ella naciera: una mujer es la historia de su sangre.Pero también es la historia de una conciencia y de sus luchas interiores. También una mujer es la historia de su utopía.”
“Lo que Weirdo detesta de Abel: su docilidad, su fragilidad, su miedo, su incapacidad para enfrentarse a sus propias circunstancias y su cobardía. Sobre todo, su cobardía. Le odia cada vez que baja la cabeza y dice: "sí, madre". Cada vez que permite que le traten como si aún fuera un bebé. Cada vez que cumple órdenes que no entiende, que no comparte, que hace algo que él jamás haría. Por las venas de Weirdo bulle el deseo de rebelarse. Arrebatarle al otro, al dócil, al sumiso, al conformista, las riendas de su vida y, por una vez, hacer lo que le dé la gana. Por una vez...”