“A pesar de todo, cada hombre mata lo que ama, Para cada uno, oigan esto, Algunos lo hacen con una mirada amarga, Algunos con una palabra adulatoria, El cobarde lo hace con un beso, ¡El hombre valiente con una espada!”
“Lo único que odio más que a un hombre con dinero, es un hombre que piensa que lo único que quiere una mujer es un hombre con dinero. Siempre he pensado que los dos van de la mano...”
“Y es que hay mujeres y mujeres y hombres y hombres, y no basta con barajarlos y elegir una carta de cada mazo y creer que el resultado es una pareja.”
“¿Será que lo doméstico -ese veneno que acaba con las pasiones y que también llamamos cotidianidad- lo arruina todo? [...] ¿Es el genio, como insisten algunos, una persona insoportablemente normal en la vida cotidiana? ¿Se puede ser genial todo el rato?”
“Me estremezco al darme cuenta de lo fácil que es equivocarse con las personas, de lo sencillo que es quedarse con una parte insignificante de ellas y confundir esa parte con el todo, de lo poco que cuesta mezclar las causas con las consecuencias y al revés.”
“Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quién lo escribió, y el alma de quiénes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte.”