“¡Qué triste es! -murmuraba Dorian con los ojos fijos todavía en su retrato-. ¡Qué triste! Me volveré viejo, horrible, espantoso. Pero ese retrato permanecerá siempre joven. No será nunca más viejo que en este día de junio... ¡Si ocurriera al contrario, si fuera yo siempre joven, y si este retrato envejeciese! ¡Por eso, por eso lo daría yo todo! ¡Sí, no hay nada en el mundo que no diera yo! ¡Por ello daría hasta mi alma!”
“—¿Y qué ocurre cuando uno muere?—Tampoco yo lo sé.—Entonces, ¿por qué tener miedo? —dice Oswald—. Yo creo que no ocurre nada. Y si ocurre algo que es mejor que nada, pues mejor que mejor.—¿Y si lo que ocurre es peor que nada? —le digo.—No existe nada peor que nada. Pero si no es nada, no podré saberlo porque yo no seré nada.Oyéndolo hablar así, siento que Oswald es un genio.—Pero, y si no existes, ¿qué? —le pregunto—. El mundo entero seguirá viviendo sin ti. Como si nunca hubieras pasado por aquí. Y el día en que todas las personas que has conocido también hayan muerto, será como si nunca, nunca hubieras existido. ¿No te parece una pena que pase eso?—Si salvo a Max, no. Si lo salvo, existiré para siempre.”
“Por más que las personas digan cosas bonitas, la mayoría vive pensando en si mismo, no? Para ellas, lo importante es comer cosas ricas; poderse comprar lo que se quiere, pero cuando una persona pasa a querer a alguien, ese alguien pasa a ser más importante que todo.Si tuviéramos poca comida, yo te daría mi parte. Si tuviéramos poco dinero, yo dejaría de comprarme lo que quiero para comprarte lo que quieres tu. Si me dijeras que la comida está rica, yo me sentiría igualmente satisfecho, y si tu fueras feliz, yo sería igualmente feliz. Eso es querer a alguien. Tu crees que existe algo más importante que eso? Yo no creo.”
“Yo no siento nada de eso. (…) Al principio, estuve furioso. Luego me di cuenta de que si podemos estar juntos, entonces todo me ha traído a ti. Piensa en ello, debo dar gracias incluso a ese maldito vampiro por golpearme en el Hie. Si no hubiera sido por eso... (…) Además, no me importa la lucha, cuando el premio es tan digno. - Bowen a Mariketa”
“Se preguntó a sí misma si me quería, y yo, yo no podía saber nada sobre este punto. Tras otro momento de silencio murmuró que yo era extraño, que sin duda me amaba por eso mismo, pero que quizás un día le repugnaría por las mismas razones”
“¿Todo esto es tuyo, abuelo?- Todo, desde la carretera panamericana hasta la punta de esos cerros. ¿Los ves?- ¿Por qué, abuelo?- ¡Cómo que por qué! ¡Porque soy el dueño, claro!- Sí, ¿pero por qué eres el dueño?- Porque era de mi familia. - ¿Por qué?- Porque se la compararon a los indios.- Y los inquilinos, los que también han vivido aquí siempre, ¿por qué no son ellos los dueños?”