“Antes de amarte, amor, nada era mío: vacilé por las calles y las cosas: nada contaba ni tenía nombre: el mundo era del aire que esperaba.”
“Se llamaba Mónica y era morena. Y tenía su vida, su novio, todas esas cosas que tiene la gente. Y no era, y esto Sebastián querría dejarlo muy claro, una musa ni una maga, ni una bruja ni un recuerdo, ni nada de esas cosas con las que la literatura suprime a menudo a las mujeres.”
“Ahora miraba el mundo como algo remoto, con lo que yo no tenía nada que ver y de lo que nada esperaba, y de hecho nada deseaba: en pocas palabras, no tenía nada que ver con ese mundo, y difícilmente algún día tendría que ver algo con él; por tanto, pensé que así debía de verse después de la muerte.”
“El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para nombrarlas había que señalarlas con el dedo".”
“El amor no tenía nada que ver con el lenguaje. El amor era más bien un acontecimiento que ocurría precisamente contra el lenguaje.”
“No era pintura, ni el color de la salud, ni divulgador del alcohol; era el rojo que brota en las mejillas al calor de palabras de amor o de vergüenza que se pronuncian cerca de ellas, palabras que parecen imanes que atraen el hierro de la sangre.”