“Dónde está el niño que yo fui,Sigue adentro de mí o se fue?Sabe que no lo quise nuncaY que tampoco me quería?Por qué anduvimos tanto tiempoCreciendo para separarnos?Por qué no morimos los dosCuándo mi infancia se murió?Y si el alma se me cayóPor qué me sigue el esqueleto?”
“Dónde está el niño que yo fui, sigue dentro de mí o se fue?Sabe que no lo quise nuncay que tampoco me quería?Por qué anduvimos tanto tiempo creciendo para separarnos?Por qué no morimos los dos cuando mi infancia se murió?Y si el alma se me cayópor qué me sigue el esqueleto?”
“Por qué me sigue el esqueleto?Y quién salió a vivir por mícuando dormía o enfermaba?”
“Yo no me calloPerdone el ciudadano esperanzadomi recuerdo de acciones miserables,que levantan los hombres del pasado.Yo predico un amor inexorable.Y no me importa perro ni persona:sólo el pueblo es en mí considerable:sólo la Patria a mí me condiciona.Pueblo y Patria manejan mi cuidado:Patria y pueblo destinan mis deberesy si logran matar lo levantadopor el pueblo, es mi Patria la que muere.Es ése mi temor y mi agonía.Por eso en el combate nadie espereque se quede sin voz mi poesía.”
“Te garantizo que habrá épocas difíciles y te garantizo que en algún momento uno de los dos o los dos querremos dejarlo todo, pero también te garantizo que si no te pido que seas mío me arrepentiré durante el resto de mi vida porque sé en lo más profundo de mi ser que estás hecho para mí.”
“Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. ”
“SAUDADESAUDADE...-Que será...yo no sé...lo he buscadoen unos diccionarios empolvados y antiguosy en otros libros que no han dado el significadode esta dulce palabra de perfiles ambiguos.Dicen que azules son las montañas como ella,que en ella se obscurecen los amores lejanos,y un nobre y buen amigo mío(y de las estrellas)la nombra en un temblor de trenzas y de manos.Y hoy en Eça de Queiroz sin mirar la adivino,su secreto se evade, su dulzura me obsedecomo una mariposa de cuerpo extraño y finosiempre lejos - tan lejos! - de mis tranquilas redes.Saudade...Oiga, vencido, sabe el significadode esta palabra blanca que como un pez se evade?No...Y me tiembla en la boca su temblor delicado...Saudade...”