“Es la hora, amor mío, de apartar esta rosa sombría, cerrar las estrellas, enterrar la ceniza en la tierra: y en la insurrección de la luz, despertar con los que despertaron o seguir en el sueño alcanzando la otra orilla del mar que no tiene otra orilla.”
“Si consideras largo y locoel viento de banderas que pasa por mi vida y te decides a dejarme a la orilla del corazón en que tengo raíces,piensa, que en ese día, a esa hora, levantaré los brazos y saldrán mis raíces a buscar otra tierra.”
“SAUDADESAUDADE...-Que será...yo no sé...lo he buscadoen unos diccionarios empolvados y antiguosy en otros libros que no han dado el significadode esta dulce palabra de perfiles ambiguos.Dicen que azules son las montañas como ella,que en ella se obscurecen los amores lejanos,y un nobre y buen amigo mío(y de las estrellas)la nombra en un temblor de trenzas y de manos.Y hoy en Eça de Queiroz sin mirar la adivino,su secreto se evade, su dulzura me obsedecomo una mariposa de cuerpo extraño y finosiempre lejos - tan lejos! - de mis tranquilas redes.Saudade...Oiga, vencido, sabe el significadode esta palabra blanca que como un pez se evade?No...Y me tiembla en la boca su temblor delicado...Saudade...”
“No te amo como si fueras rosa de sal, topacioo flecha de claveles que propagan el fuego: te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma.Te amo como la planta que no florece y llevadentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpoel apretado aroma que ascendió de la tierra.Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,te amo directamente sin problemas ni orgullo:así te amo porque no sé amar de otra manera,sino así de este modo en que no soy ni eres,tan cerca que tu mano sobre mi pecha es mía,tan cerca que cierran tus ojos con mi sueño.”
“Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, en regiones contrarias, en un mediodía quemante: eras sólo el aroma de los cereales que amo.Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa en Angol, a la luz de la luna de Junio, o eras tú la cintura de aquella guitarra que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria. En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato. Pero yo ya sabía cómo era. De prontomientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.”
“La banderaLevántate conmigo.Nadie quisieracomo yo quedarsesobre la almohada en que tus párpadosquieren cerrar el mundo para mí.Allí también quisieradejar dormir mi sangrerodeando tu dulzura.Pero levántate,tú, levántate,pero conmigo levántatey salgamos reunidosa luchar cuerpo a cuerpocontra las telarañas del malvado,contra el sistema que reparte el hambre,contra la organización de la miseria.Vamos,y tú, mi estrella, junto a mí,recién nacida de mi propia arcilla,ya habrás hallado el manantial que ocultasy en medio del fuego estarásjunto a mí,con tus ojos bravíos,alzando mi bandera.”
“Cuando estamos lejos de la patria nunca la recordamos en sus inviernos. La distancia borra las penas del invierno, las poblaciones desamparadas, los niños descalzos en el frío. El arte del recuerdo sólo nos trae campiñas verdes, flores amarillas y rojas, el cielo azulado del himno nacional.”