“Esa era otra lección que había aprendido, quizá demasiado bien: la gente hacía daño.”
“Reconozco que ya sea por mi condición, o mi falta de sensibilidad, podría decirse que había perdido cierto tacto con la gente.. Quizás me había vuelto algo... impreciso.”
“Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”
“Lo único cierto era el peso en la boca del estómago la sospecha física de que algo no andaba bien, de que casi nunca había andando bien.”
“Si me hubiera detenido a pensarlo, hubiera comprendido que mi devoción no era más que una fuente de sufrimiento. Quizás por eso lo adoraba más, por esa estupidez eterna de perseguir a los que nos hacen daño" -C. R. Z.”
“Se le había ocurrido la pequeña historia de una ballena nacida en el desierto, y eso era todo lo que conocía. Tenía buenos amigos entre las plantas y los animales del desierto, sólo algo no estaba bien, y era la arena que tiraba por su agujero: le raspaba. Eso la confundía porque toda su vida la había pasado ahí. Poco a poco, sin saber cómo, creció la sensación de que tenía que partir a alguna otra parte. Sin imaginar una llegada, sólo irse. Un día se despidió de sus amigos y partió. La historia termina con un largo camino que hizo, sintiéndose peor porqiue ya no estaba allá y todavía no había llegado a ninguna parte. Hasta que un día llegó al mar y no sólo el agua que soplaba por su agujro no la raspaba, sino que además había encontrado otras ballenas. Obviamente quiero decir que yo también me siento como esa ballena y que sólo sé irme y ya perdí todos los caminos de regreso y que de esto se trata lo que escribo (soy el número un millón, de los que se identifican los la ballena de esa historia). Peor en verdad hay algo más que me gusta en esa historia y es que en la ballena había un conocimiento sobre cierto orden o sentido de las cosas, aun cuando no supiera de dónde venía, ni que su malestar era por eso. En ella misma había una proporción no correspondida que se expresaba como esa voz que oía: Aquí no es, así no es. Posdata número cuatro: me gusta la idea de que el propio ser está destinado a encajar bien y no a vivir patas arriba como el loco del tarot. Posdata número cinco: esta es la única historia que conozco en la que encajar bien es lo contrario de conformarse”