“Los hechos pequeños nos llevan al gran conocimiento -recitó-. De igual modo, los nombres pequeños nos llevan a los grandes nombres.”
“¿Dónde nos llevan los sueños?”
“La verdad es que no nos gustan los nombres. Cuando le pones nombre a algo, le quitas parte de su poder. Se vuelve algo conocido. Nos han llamado muchísimas cosas: los buenos vecinos, los seres mágicos. Los grises, los antiguos, los otros. Espíritus y fantasmas y demonios. En Gentry nunca nos han dado un nombre. Aquí no somos nada.”
“No temamos nunca a los ladrones ni a los asesinos; éstos no son más que los peligros exteriores, los pequeños peligros. Temámonos a nosotros mismos. Los prejuicios: éstos son los ladrones más temibles; los vicios: éstos los asesinos. Los grandes peligros están dentro de nosotros.”
“La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.”
“Cuando los zapatos aprietan, buena señal. Algo cambia ahí, algo que nos muestra, que sordamente nos pone, nos plantea. Por eso los monstruos son tan populares y los diarios se extasían con los terneros bicéfalos. ¡Qué oportunidades, qué esbozo de un gran salto hacia lo otro!”