“Miró hacia arriba y vio un millar de estrellas centelleando en el oscuro terciopelo de una noche sin luna. Las conocía todas, sus historias y sus nombres. Las conocía bien y le eran tan familiares como, por ejemplo, sus propias manos.”
“Se detuvo a medio camino para mirar atrás. De pie y temblando en el agua y no de frío porque no hacía ninguno. No le hables. No la llames. Cuando se acercó, él le tendió la mano y ella la tomó. Era tan pálida en el lago que parecía estar ardiendo. Como una luz fosforescente en un bosque tenebroso. Que ardía sin llama. Como la luna que ardía sin llama. Sus cabellos negros flotaban en el agua alrededor, caían y flotaban en el agua. Ella le rodeó el cuello con su otro brazo y miró hacia la luna en el oeste no le hables no la llames y entonces volvió su rostro hacia él. Más dulce por el hurto de tiempo y carne, más dulce por la traición. Grullas que anidaban y se sostenían sobre una pata entre las cañas de la orilla sur habían sacado sus esbeltos picos de debajo de las alas para vigilar. ¿Me quieres?, preguntó ella. Sí, dijo él. Pronunció su nombre. Dios mío, sí, dijo.”
“Él miró sus cicatrices y se dio cuentaque no eran las que la dañan. Las cicatrices internas, las realmente profundas,eran las que aún le daba problemas y él las había abierto todas de vuelta paraella.”
“Y sus sacerdotes jamás sospecharon que Pies y Manos no eran sino las extremidades de un mismo dios.”
“¿Qué premio podía ser tan extraordinario como el hecho de que no mencionaran premio alguno? Inclusive un viaje por el mundo tenía sus limites y sus plazos... pero un premio sin nombre, podía ser imaginado y vuelto a imaginar, y nunca se gastaría...”
“Una mujer es la historia de sus actos y pensamientos, de sus células y neuronas, de sus heridas y entusiasmos, de sus amores y desamores. Una mujer es inevitablemente la historia de su vientre, de las semillas que en él fecundaron, o no lo hicieron, o dejaron de hacerlo, y del momento aquél, el único en que se es diosa. Una mujer es la historia de lo pequeño, lo trivial, lo cotidiano, la suma de lo callado. Una mujer es siempre la historia de muchos hombres. Una mujer es la historia de su pueblo y de su raza. Y es la historia de sus raíces y de su origen, de cada mujer que fue alimentada por la anterior, para que ella naciera: una mujer es la historia de su sangre.Pero también es la historia de una conciencia y de sus luchas interiores. También una mujer es la historia de su utopía.”