“Deseaba llamar a Sophie. Un día incluso fui hasta la oficina de correos y esperé en la cola de las llamadas al extranjero pero no llegué a llamarla. Ahora las palabras me fallaban constantemente y me entró pánico ante la idea de derrumbarme en el teléfono. ¿Qué podía decirle, después de todo? En lugar de eso, le mandé una postal de Laurel y Hardy. En la parte de atrás escribí: "Los verdadero matrimonios nunca tienen sentido. Mira la pareja del dorso. Prueba que cualquier cosa es posible, ¿no? Quizá deberíamos empezar a ponernos sombreros hongo. Por lo menos, acuérdate de vaciar el armario antes de que yo vuelva. Abrazos a Ben”

Paul Auster

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“Yo había saltado desde el borde del acantilado y justo cuando estaba a punto de dar contra el fondo, ocurrió un hecho extraordinario: me enteré que había gente que me quería. Que le quieran a uno de ese modo lo cambia todo. No disminuye el terror de la caída, pero te da una nueva perspectiva de lo que significa ese terror. Yo había saltado desde el borde y entonces, en el último instante, algo me cogió en el aire. Ese algo es lo que defino como amor. Es la única cosa que puede detener la vida de un hombre, la única cosa lo bastante poderosa como para invalidar las leyes de la gravedad”


“Todo lo inanimado se desintegraba, todo lo viviente moría. Cada vez que pensaba en esto notaba latidos en la cabeza al imaginar los furiosos y acelrados movimientos de las moléculas, las incesantes explosiones de la materia, el hirviente caos oculto bajo la superficie de todas las cosas.”


“Nadie puede decir de dónde proviene un libro, y menos que nadie la persona que lo escribe. Los libros nacen de la ignorancia , y si continúan viviendo después de escritos es sólo en la medidad en que no pueden entenderse.”


“[...] el cine se mueve en un nivel más cercano a la música y a la pintura que a la palabra escrita. Por eso, las películas ofrecen la oportunidad de explicar conceptos y abstracciones sin la tradicional dependencia de las palabras. En dos horas y cuarto , hay tan sólo cuarenta de diálogo [en 2001: una odisea del espacio] Stanley Kubrick Entrevista al New York Times el 1 de abril de 1953”


“Estamos ante un enfrentamiento entre la metrópolis y el territorio que pretende colonizar, y por ironía de la historia, la causa de la libertad, la razón y el deseo ha abandonado las ciudades, o mejor dicho, lo que antes fueron ciudades, para refugiarse en el campo, lo que antes fue campo, y lanzar desde allí, con el concurso nihilista de los excluidos del suburbio, el contraataque contra las fuerzas antihistóricas domiciliadas en las conurbaciones. Lejos de los centros comerciales, y por lo tanto, lejos de la mercantilización del vivir y de la estatización de la existencia, el tiempo y el lugar recobran algún sentido y permiten a los individuos recuperar la memoria y cooperar contra la sinrazón capitalista, construyendo, si se rebasa el horizonte plataformista, una nueva identidad de explotados anclada en el territorio, luego en su condición concreta de habitantes, no en la condición abstracta de ciudadanos. Dicha identidad no ha de aspirar a proporcionar un marco más regulado al mercado de la vivienda y del suelo, sino a abolir cualquier relación mercantil; tampoco pretenderá complementar el régimen tecnocrático que gusta en llamarse "democracia" cuando no es más que totalitarismo disimulado, sino sustituirlo por una verdadera democracia de base, horizontal, directa, autogestionaria. No será el estandarte de un nacionalismo de nuevo cuño, sino el emblema de una voluntad universal de liberación.”


“Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos; la edad de la sabiduría y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero nada teníamos; íbamos directamente al cielo y nos extraviábamos en el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.”