“—Gracias por traerme. —Me acerqué a él para despedirme con un beso en la mejilla, pero él corrió su cara y nuestros labios se terminaron rozando. Me alejé de él de un golpe—. No.—Dijiste que no ibas a analizarlo.—No quiero usarte.Sus ojos se volvieron más pequeños y esa sonrisa traviesa que lo caracterizaba se puso en sus labios y en sus ojos—. Soy utilizable, no me preocupo por eso.”

Paulina V. Olguín

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Quote by Paulina V. Olguín: “—Gracias por traerme. —Me acerqué a él para desp… - Image 1

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“Pero ahora él no está y tú no eres feliz, ni se te ocurra negármelo. Te conozco incluso mejor de lo que me conozco a mí. Te quiero conmigo y punto, y no me voy a quedar esperando que aparezca otro y te alejes de nuevo.”


“Me sentí vacía en cuanto desapareció de mi campo de visión.Volví a fruncir el ceño pero esta vez no era por el dolor de cabeza.Podía sentir como ese hilo que me unía a él iba arrastrando tras de tu paso pequeños trocitos de mi corazón.”


“Su extravagancia me cautivó y me hizo interesarme más por él. A pesar de su estrambótico atuendo, había algo en él que imponía respeto; quizás sus ojos purpurinos, quizás la elegancia con la que lucía aquel disfraz. Me miraba de forma indescifrable y no se me ocurría la manera de reaccionar.”


“Pero aquel que se siente tocado por mi lanza no tarda en expirar. Su esposa se desgarra las mejillas, quedan sus hijos huérfanos y enrojece él la tierra con su sangre, y se corrompe, y hay en torno suyo más aves de rapiña que hembras gemebundas”


“Me encuentro frente a él. Sus labios están tan cerca de los míos y poco a poco voy levantando mis pies discretamente para alcanzarlo y besarlo. Por un momento dudo de que ese beso suceda pero una sensación me invade. Me encuentro con sus labios acariciando los míos. En ese instante todo se paraliza. Mi cuerpo ya no se mueve, tampoco lo hace mi cerebro. En ese silencio solamente se escucha los latidos de dos corazones que han cedido ante sus impulsos. [pp. 81]”


“—Por cierto, antes de que se me olvide. —Él rompió el silencio—. Creo que debería decírtelo, es algo que no puedo ocultar y que acabarás por enterarte.Ella se inquietó, por la forma en que lo decía no podía presagiar nada bueno. Lo miró en silencio, esperando que, fuera lo que fuese, no cambiara las cosas.Pero él parecía más ocupado en excitarla y no podía concentrarse si estaba pensando en lo que tenía que decir. Pero es que sus manos... sus manos estaban por todas partes, presionando un pezón, acariciando sus labios vaginales... Por no hablar de su boca, que la besaba en el cuello, en el hombro... Oh, qué delicia.Pero esa inquietud hacía que no pudiera disfrutar al cien por cien. Colocó la mano sobre la de él para detenerlo.—¿Qué eso tan importante que tienes que decirme?—Bah, nada, poca cosa. —Él intentó de nuevo meter la mano entre sus piernas.—¡Habla!—Pues nada, que te quiero —dijo él con ese tono pedante, como si dijera la hora.Ella se quedó inmóvil al escucharlo. ¿Cómo podía ser tan retorcido? Aunque... era «su retorcido» y lo quería por eso; así que sonrió, le dio acceso y buscó una réplica contundente.—Sólo tú puedes decir algo importante de forma tan enrevesada —le respondió alegre.”