“¡En esta vida no la supe amar!Dame otra vida para reparar,¡oh Dios! mis omisiones,para amarla con tantos corazonescomo tuve en mis cuerpos anteriores,para colmar de flores, de risas y de gloria sus instantes;para cuajar su pecho de diamantesy en la red de sus labios dejar presoslos enjambres de besosque no le di en las horas ya perdidas...Si es cierto que vivimos muchas vidasConforme a la creencia teosófica, Señor, otra existenciade limosna te pido para quererla más que la he querido,paran que en ella nuestras alamas seantan una, que las gentes que nos veanen éxtasis perenne ir hacia Dios,digan: ¡Como se quieren esos dos!A la vez que nosotros murmuramoscon un instinto lúcido y profundo (mientras que nos besamos como locos): ¡Quizás ya nos amamoscon este mismo amor en otro mundo!”