“...con violentos latidos del corazón sentía yo la angustia de todas las angustias: el miedo a la muerte. Aun cuando no veía otra opción, aun cuando en torno se amontonaban el asco, el dolor y la desesperación, aun cuando ya nada estaba en condiciones de seducirme, ni de proporcionarme una alegría o una esperanza...”