“Permanecí sentado, muy quieto, escuchando cómo iba aquietándose la tarde por las ventanas abiertas. Y, muy lentamente, fui aquietándome con ella.”
“Y con ánimo sombrío pensó en que aún estaba muy lejos de llegar a algo con una chica si sólo pretendía idolatrarla y después morir noblemente por ella.”
“—¿Por qué sigues creyendo en Dios? ¿No estás enfadada con Él por todas las cosas malas que te han pasado?Ella interrumpió lo que estaba haciendo y se volvió hacia él. Gabriel parecía muy infeliz.—A todo el mundo le pasan cosas malas. ¿Por qué iba a ser yo distinta a los demás?—Porque eres buena.Ella se miró las manos.—El universo no se basa en la magia. No hay unas reglas para las personas buenas y otras para las personas malas. Todo el mundo sufre en un momento u otro. Lo importante es lo que haces con tu dolor, ¿no crees?”
“Recuerdo muy bien cómo disfrutaba con mi sufrimiento. Era como llevarse un cachorro a la cama. De vez en cuando te arañaba... y entonces sentías auténtico espanto. Por lo general, no sentías miedo: siempre podías soltarlo o cortarle la cabeza.”
“¿Cómo puede el hombre alardear de una sensibilidad superior a las de las bestias? Si nuestros impulsos fueran sólo los del hambre y la sed, los del deseo, estaríamos muy cerca de la libertad.”
“Observé el salpicadero de Misery. Estar con ella me reconfortaba un poco, pero notanto como mi sofá. Y en ese momento me di cuenta. Me di cuenta de una atrocidad quehabía pasado por alto durante años. Nunca le había puesto nombre a mi sofá. ¿Cómo habíasido capaz de hacerle eso? ¿Cómo había sido tan insensible? ¿Tan fría y egoísta?¿Y qué nombre le pondría? Era un asunto importante. Muy importante. El muebleno podía ir por la vida con un nombre que no encajara con su personalidad.Abrumada por la extraña sensación de alivio que me proporcionaba tener un nuevoobjetivo en la vida, volví a poner a Misery en marcha. Ya me preocuparía más tarde por lode ser una gallina clueca. Ahora debía encontrar un nombre para mi sofá.”