“Compartí con ella un instante único, de esos que nos gustaría encerrar en una botella para descorchar las tardes de melancolía.”
“Las palabras que marcan nuestra vida se nos quedan grabadas con un eco de campanas, en mi caso no es una metáfora. Desde un campanario sonaron las seis.”
“Los instantes anteriores a un momento que presumimos memorable tienen la luz de las tardes de primavera y un sabor dulce que gusta paladear.”
“Las palabras esconden a veces cuchillos afilados.Una frase agazapada en el tiempo puede desgarrarnos la piel con el frío del acero. Un nombre basta para que la memoria nos devuelva al mejor momento de nuestro pasado, de nuestra vida.O al peor.”
“Nací en buena luna, Víctor, y tuve la suerte de compartir mi vida con una mujer que nunca merecí. Supo sacar lo mejor de mí, si es que aún quedaba algo, y quizá sea por ella, por el peso de su ausencia, por lo que ahora escribo esta confesión. Decía que la amargura hay que sacarla fuera para que no se pudra dentro de nosotros y nos convierta en cadáveres antes de tiempo.”
“Tristes guerras, José, las que nos convierten en enemigos de nuestros amigos.”
“Fue terrible ver cómo iba muriendo día a día sin que, los que podían, hiciesen algo por evitarlo. La impotencia me sublevaba. Cuando todavía estaba bien, o al menos no tan mal como las últimas semanas, antes de que lo trasladasen a la enfermería, hablamos mucho. Conversábamos sobre nuestra tierra, desempolvábamos recuerdos, contábamos anécdotas del frente nos lamentábamos del desenlace de la contienda. No sólo habíamos perdido la guerra, también habíamos perdido la libertad, las ilusiones, los sueños, la posibilidad de ser felices. Cuando el abatimiento nos vencía jugábamos a recordar momentos agradables, con todo lujo de detalles y con los ojos cerrados, para vivir la ilusión de que estábamos en ese otro lugar y no entre las paredes de una cárcel.”