“En una ocasión le dije a un editor que cuando escribes un libro debes conseguir que el lector se enamore del personaje principal, que odie a su enemigo de la misma forma que él lo hace, y que llore cuando muere quién no lo merece. Lo que olvidé decirle entonces, debido a mis escasos años e inocencia, fue que el amor es y será siempre el tema por excelencia en una novela, y si lo unes a la venganza, la muerte, y el pasado, puedes crear una bomba de relojería a punto de explotar.”