“—No quise decir lo que dije, Alex. Por supuesto que te necesito. No puedo creer que no lo sepas. Te necesito tanto que cuando no estás a mí alrededor, duele. En realidad duele, físicamente. Aquí. —Me toqué entre las costillas, donde podía sentir mi corazón martillando—. Sólo puedo hacer esto por ti. Sólo estoy aquí por ti.”
“Estás aterrorizada de mí y entraste aquí por ti misma. Nadie te arrastró hasta aquí. No trajiste a nadie para cuidar tu espalda. Nadie te hizo quedarte. No trates de engañarme o a ti misma sobre el hecho de que no quieres explorar esto conmigo. Lo quieres o no estarías aquí. Te tengo peleándolo. Sólo te los estoy diciendo, no vas a ganar.”
“La gente me pregunta "por qué no lo dejas?". El hecho es que no me puedo retirar hasta que no estire la pata. Creo que no acaban de entender lo que gano con todo esto. No lo hago sólo por el dinero ni por ti. Lo hago por mi.”
“Y ahora me quedo aquí, con todas las cosas que nunca te llegué a contar. Pensando en todos los lugares que no te toqué. En cómo pude haber llegado por tu espalda, taparte los ojos, preguntarte quién soy y besarte el cuello para delatarme.Ahora estoy aquí, en el lugar donde se durmió todo, por no decir otra cosa. Justo aquí suena cuando me acuesto a dormir el eco de nuestras conversaciones. Ahora sólo hay viento y una verdad que duele reconocer.Y es verdad, yo una vez me sentí así, mucho antes de que llegaras tú, pero justo cuando llegaste tú yo me dije: ¡Nunca voy a volver a sentirme así!Pero ahora estoy aquí, en el mismo lugar, como no quería estar y sintiéndome como no me quería sentir más nunca. Rodeado de gente conocida y que me conoce y va diciendo mi nombre, pero soy indiferente porque me importa más que me rodees tú.Porque quiero escuchar de ti mi nombre, el tono de tu voz hace que suene perfecto. Es como si mi nombre lo llevara por ti. Y quizá si.”
“—Quiero que sepas… —Akiva tragó saliva—. Necesito que sepas que me sentí atraído por ti (por ti, Karou) antes de descubrir el hueso. Antes de darme cuenta, y creo… creo que siempre te encontraría, sin importar lo escondida que estuvieras —la miró con extraordinaria intensidad—. Tu alma y la mía cantan la misma canción. Mi alma es tuya, y siempre lo será, en cualquier mundo. No importa lo que suceda… —su voz se quebró y tuvo que respirar hondo—. Necesito que recuerdes que te quiero.”
“Te daría mi corazón, pero lo necesito para vivir tanto como te necesito a ti.”