“- ¿Y bien?-Esas cicatrices son horribles -respondió él, casi en susurros. Ella ses llevó la mano a la cadera y se encaminó al vestidor.-Todos tenemos cicatrices, Dorian. Resulta que las mías son más visibles que las de la mayoría.”
“Él miró sus cicatrices y se dio cuentaque no eran las que la dañan. Las cicatrices internas, las realmente profundas,eran las que aún le daba problemas y él las había abierto todas de vuelta paraella.”
“¿Te diste cuenta de las cicatrices que dejabas detrás? No, probablemente no.Porque la mayoría de ellas son invisibles para el ojo humano.”
“Ella estaba sentada en la cumbre de una colina, contemplando Roma. El sol de la tarde volvía oro las estructuras de la ciudad.-Jamás pensé que llegaríamos a este lugar-dijo ella.-Y yo tuve fe en que lo haríamos.Él tomó la mano de ella y le plantó un beso.-¿Todo ha terminado?-Por ahora-respondió él.”
“Las cosas que vemos – dijo Pistorious con voz apagada – son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos vive tan irrealmente, porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Sinclair, el camino de la mayoría es fácil, el nuestro, difícil. Caminemos.”
“Él puso suavemente una mano en la nuca, a la vez que ella le ponía suavemente la suya en la cadera, y se dieron un beso en la calle, rodeados de gente con prisa por volver a casa, en la luz de verano; y sería, para ambos, el beso más dulce de su vida.Aquí empieza todo. Empieza todo aquí, hoy.”