“¡La hostia!, ¡mira qué bien se lo montan algunos!James dio un respingo, sorprendido, y se apartó rápidamente del cuerpo de Kelsey para hacerse a un lado. Marcus, acompañado por otros dos jóvenes,les miraba sonriente apoyado en el marco de la puerta. —Joder con tu hermanita… —objetó uno de sus amigos entre risas.—¡Oye, esto no es lo que estáis pensando! —logró gritar Kelsey, avergonzada. Se puso de pie y comenzó a sacudirse las ropas.James, todavía confuso, imitó sus movimientos.—Ah, ¿no? —Marcus sonrió ampliamente—. ¿Estudiabais anatomía?—¡Cállate ya! —se quejó Kelsey. Después se giró resentida hacia James, apretando los puños—. ¡Todo esto es por tu culpa! ¡Te odio! —exclamó, antes dedesaparecer escaleras arriba hacia su habitación.”